Naruto mantuvo una sonrisa en su rostro, aparentando que todo estaba bien...
Pero nada estaba bien.
Enterarse de las cosas que había dicho su gran amiga de la infancia, fue como un puñal en su corazón. Porque de algo estaba seguro, la explosión de Hinata sólo le dió más sinceridad a sus palabras. Naruto lo notó, la manera en que dijo todo sin pensar, sus ademanes violentos y descontrolados, su rostro rojo de furia. Conocía a Hinata, o por lo menos creía conocerla, y sabía que ella no mentiría al respecto. Además...
¿Cómo sabría ella lo de Sasuke si no era por Shion?
Después de tranquilizarla, ambos fueron al comedor, sabiendo que si no se apuraban, su madre iría a buscarlos. Le dijo que seguirían hablando cuando todos se hayan ido, más tranquilos y sin tener que estar apresurados.
No pudo evitar ver a Shion, notando como ella mantenía la cabeza gacha. Ella no sólo tenía que pedirle disculpas a Hinata, también a él. Y hablaría seriamente con ella sobre eso, pero en otro momento.
Naruto estiró su mano, y apretó la de Hinata por debajo de la mesa. Ella levantó la mirada mientras traían el plato principal. Él le sonrió y luego le guiño un ojo, recibiendo como respuesta una sonrisa y mejillas sonrojadas levemente. Ambos estaban sentados juntos, y a Naruto le gustaba eso. No habló mucho durante la cena, se concentró en escucharla hablar con sus padrinos y sus padres. Él estaba demasiado distraído para hablar.
Había muchas cosas por hablar aún con Hinata, quería saber todo lo que hizo ese tiempo que estuvo lejos de él. Quería saber por qué ella se había ido de su casa y simplemente, no le dijo del embarazo. Aún no pensaba en eso, específicamente. Había demasiadas cosas en su cabeza para hacerse la idea de que un bebé venía... Aún tenía tiempo igual. Probablemente, comenzaría a caer, cuando empezará a notar el cambio en el cuerpo de Hinata. Ella tenía algunos cambios, pero no eran tan notorios, o por lo menos para el que no la conocía.
Naruto notaba cada uno de ellos.
Su piel relucía..
Sus ojos grises brillaban..
Sus pechos eran algo más grandes y parecían sensibles, ya que un roce, él notaba que sus pezones se ponían duros como cuencas. Su estómago no era tan plano como antes, pero aún no se notaba una gran diferencia. Y cuando la miró desde atrás, notó que su trasero parecía un poco más grande gracias a sus caderas un poco más redondeadas.
Hinata estaba más hermosa que antes y él estaba asombrado del cambio que producía en ella el embarazo. No podía sacar la mirada de ella demasiado tiempo, su perfume impregna todo a su alrededor y él se moría por sentirla una vez más. Volver a conocer su cuerpo...
Estaba perdido en sus pensamientos pervertidos, por eso se sobresaltó un poco cuando su madre golpeó levemente una copa y se levantó en la cabecera de la mesa. Naruto parpadeó hacia ella, notando su gran sonrisa.