Parte XXVIII

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Hinata iba rezando de manera silenciosa mientras la grande camioneta de su primo se movía por las calles tranquilas y oscuras de Konoha

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Hinata iba rezando de manera silenciosa mientras la grande camioneta de su primo se movía por las calles tranquilas y oscuras de Konoha. Miraba fijamente por la ventana polarizada, sin prestar atención a lo que hablaban los, supuso, amigos de su primo. Por lo menos, ella ya no tenía frío, cuando Neji le dió una mirada luego de ordenar que arreglaran el auto, le dijo que no la llevaría a ningún lado vestida de ese modo. Ella se había olvidado completamente que aún llevaba lo que una vez había sido un hermoso vestido. Pero ahora estaba sucio y roto en varios lados.

Neji le dió ropa, aunque no era de su talla y le iba grande, tenía una musculosa ajustada y una gran camiseta que ocultaba el hecho que no tenía sostén. Y también un pantalón de algodón que le quedaba enorme, pero al tener una tira en la cintura, se lo pudo ajustar. A ella no le importaba, no le importaba si aparecía como una loca que tuvo una noche demasiado entretenida o una indigente, sólo quería ver a Naruto.

El viaje estaba tardando demasiado, se dió cuenta Hinata y mordiéndose el labio giró su mirada hacia su primo, que estaba en el asiento al frente de ella. Neji tenía la mirada fija en su teléfono y tampoco parecía prestar atención a lo que decían el otro trío. Aunque, el hombre llamado Shino, también parecía perdido en su propio mundo. Ahora, el otro par, Tenten y Lee, parecían lo suficientemente ruidosos como para que no se notará que ellos estaban en silencio.

— ¿Ya sabes algo?— preguntó esperanzada.

Neji levantó la cabeza y bloqueo su teléfono, su expresión era seria pero no parecía tener malas noticias.

— Acaba de salir de cirugía, pero no me han dicho como evoluciona—, Neji miró mal al par que reía, y ellos guardaron silencio como si fueran unos niños regañados por su padre—. Será mejor que lo sepamos cuando lleguemos.

Hinata asintió y miró por la ventana. Tenía muchas preguntas, pero en ese momento no podía concentrarse. Sólo quería ver a Naruto con sus propios ojos, tocarlo con sus manos.

— Quiero que estés lista Hinata —, dijo Neji llamando su atención de nuevo—. Probablemente sean hostiles contigo al principio.

Hinata frunció el ceño, sin entender de qué estaba hablando.

—¿Hostiles?

— Bueno, en todo caso lo serán con nosotros —, se aclaró su primo—. Ya que, gracias al hombre que contraté, Naruto está en esta posición...

— Espero que intenten algo—, murmuró con emoción Lee, Tenten se rió a su lado.

— No arriesgaré a Hinata —, sentenció Neji, mirando mal a Lee —. Si las cosas se ponen difíciles, bajaremos. Pero no estarás sola—, él le dió una mirada a Shino y este asintió sin decir una palabra.

—¿Por qué no puedo ser yo quien la cuide?— preguntó Lee, sonando algo ofendido.

— La idea es cuidarla, no provocar una pelea, Lee —, Neji suspiró con cansancio —. Te conozco demasiado bien.

Compromiso ImpuestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora