Parte II

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Naruto se dió cuenta que algo iba mal, no fue su hermosa sonrisa, ni el beso hambriento con el que lo recibió

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Naruto se dió cuenta que algo iba mal, no fue su hermosa sonrisa, ni el beso hambriento con el que lo recibió. Nada de eso estaba mal, pero reconoció sus hombros más caídos, el pequeño arrastre de sus pies al caminar.

En pocas semanas, ya había aprendido mucho sobre Hinata. Ella era un libro abierto para él. No dijo nada al respecto, se mantuvo normal, haciendo pequeñas bromas mientras comían. Pero ella estaba distante, como si estuviera perdida en su mundo. La dejó, después de todo, todos tenían, alguna vez, un mal día.

Pero frunció el ceño cuando ella revolvió la camisa y casi no probó bocado.

—¿Pasa algo, cielo?— preguntó suavemente, pero sin mirar su rostro directamente.

Dando la sensación que el no había notado su postura decaída, pero si no preguntaba ella se daría cuenta que estaba pensando mucho en ello. Hinata era inteligente, puede que no fuera una maestra de actuación, pero ella se daba cuenta cuándo él pensaba mucho en algo. Tenía como un sexto sentido, supuso que era algo natural en las mujeres.

Su madre tenía el mismo sexto sentido.

— En realidad..—, murmuró ella. Él se tensó, sólo un poco. A veces, tenía suerte y Hinata siempre le decía el problema directamente —. Mañana debo ir al médico.

Él se detuvo en seco, con el tenedor a medio camino y la miró. Por primera vez, notando bajo su suave maquillaje que parecía un poco más pálida que lo normal. La mano que sostenía su tenedor, temblaba suavemente y eso le hizo fruncir el ceño.

—¿Te sientes mal?— preguntó ahora preocupado.

Hinata dejó los cubiertos y se cubrió el estómago, él había notado que no era la primera vez que lo hacía.

— No. Yo..—, ella sonrió, pero era una para tranquilizarlo. No llegó a sus hermosos ojos grises—. Es una cita programada.

Eso hizo que él alzará una ceja, la observó un rato más, pero ella volvió a tomar los cubiertos y siguió jugando con la comida.

—¿De qué?— le pregunto comiendo la pasta que tenía su tenedor.

Ellos hablaban mucho mientras comían, la conoció mucho gracias a eso. Hinata le había contado cómo había sido su vida antes de casarse con Uchiha. Naruto prefería no saber cómo había sido mientras estuvo con él. Sólo pensar en eso le daban ganas de buscarlo y matarlo. Aunque, sabía dónde estaba Sasuke en ese momento.

Por lo que le habían dicho sus informantes, estaba en la Niebla, intentando convencer a Sakura y su padre para casarse con ella. Pero el viejo Haruno era difícil de convencer.

— Es.. —, ella tragó un poco de saliva y le dió una mirada avergonzada —. Es con mí ginecólogo.

— Oh..

Naruto se sentó derecho, irguiendo su columna y la observó de otra manera. Bueno, eso explicaba porqué estaba tan distante y parecía tocarse el estómago cada 15 minutos. Probablemente, estaba en sus días.

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