Parte IX

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Naruto estaba de mal humor mientras manejaba su auto preparado

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Naruto estaba de mal humor mientras manejaba su auto preparado.

Habían pasado dos días desde que Hinata había vuelto a la casa y se dió cuenta que se mantenía alejada. Cada vez que él sacaba el tema de la noche en que se fue a la casa de Otsutsuki, ella se cerraba y no decía una palabra.

Y su humor no estaba mejor.

Él estaba celoso, lo sabía. Ver las fotos y videos que le mandó su seguridad, de Hinata con Toneri, fueron demasiado. Verla reír... ella parecía resplandecer a su lado. Y odio ver como ese niño podía lograr lo que hacía unos días Hinata se negaba a darle. Y no estaba hablando de sexo, porque jamás vió algo parecido a una escena sexual entre ellos.

Hablaba de su ruidosa risa con sonidos de cerdos ahogándose.

Naruto dió un cambio al auto y subió la velocidad peligrosamente mientras una recta se mostraba en su frente.

No estaba seguro qué haría si hubiera visto algo así, como un beso, entre ellos dos. Ya se había comportado como un completo idiota cuando ella había llegado a la noche después de la salida con su ex. Había estado algo borracho, enojado, celoso y cachondo. Una muy mala combinación.

Su parte primita le exigía que se follara a Hinata, allí mismo, en el pasillo. Pero, su parte civilizada ganó cuando ella le dijo que no quería. Por sobre todas las cosas, siempre le gustó tener compañía femenina que estuviera dispuesta. Jamás se impondría.

Así que, con la polla dura y aún, celoso, enojado, borracho y cachondo, se fue a dormir a su habitación.

Naruto volvió a mover la palanca de cambios e hizo un giro brusco en la pista, el chirrido de los neumáticos fue fuerte, pero él ni siquiera se inmutó. Sus ojos concentrados en la pista de carreras, mientras dejaba correr a la adrenalina por su sangre por la gran velocidad que conseguía.

Le gustaba correr, a veces, limpiaba su mente de temas que no eran importantes, dejándolo concentrarse en los que valían la pena. Pero, desde que Hinata había entrado en su vida, era su tema central. Si no se trataba de su seguridad, eran las diferentes formas que quería tomarla. Ella comenzó a tomar todo su tiempo en su cabeza y, comenzaba a preocuparse por eso.

Jamás había dejado que una mujer lo transtornará tanto como para no poder dormir. Y eso mismo, le pasó cuando ella se fue de su casa.

Apretó los dientes mientras pisaba a fondo el acelerador y sus dedos se apretaron en el volante de cuero.

Y esa maldita costumbre que tenía Hinata de encerrarse y no hablar lo estaba volviendo loco. Él era directo, si ella le preguntara cualquier cosa, él diría lo que pensaba sin dudar. Pero ella daba vueltas en el tema y no llegaba a ningún lugar. Malditamente entendía que Hinata era joven, que aún le faltaba madurar en muchas cosas, ya que esas actitudes le hacían parecer más a una niña mimada que ha una mujer directa.

Naruto hizo otro cambio cuando dió una vuelta en la esquina, bajando un poco la velocidad, sabiendo que estaba a punto de terminar su circuito.

Él estaba acostumbrado a estas actitudes, después de todo tenía una hermana que tenía la edad de Hinata. Pero, Hinata también tenía actitudes de mujer madura que, generalmente, le hacían olvidar esas cosas. También notó que ella era algo caprichosa, le gustaba las cosas a su estilo y si no eran así, podría enojarse o hacer una rabieta. Naruto se había divertido bastante con sus rabietas, siempre terminaban con él entre sus piernas.

Pero está última rabieta, donde ella se había ido a la casa de su ex, no fue nada divertida.

Naruto comenzó a bajar la velocidad cuando vió que estaba cerca del final del circuito.

Había estado preocupado por ella y por su seguridad las primeras horas. Luego celoso con imagines imaginarias de Toneri y Hinata juntos. Se atormentó como un idiota, hasta que finalmente, se animó a mandar un mensaje a Asuma y él le dijo que estaban durmiendo en habitación separadas. El monstruo rojo en su interior, estaba listo para lanzar a volar las rejas que lo contenían si Asuma le decía otro cosa.

Él siempre había sido dominante. Posesivo. Pero, se había dado cuenta que no podía vivir en paz si se dejaba guiar por ese monstruo cuando casi mata a un idiota que salió con una chica que a él le había gustado mucho en su adolescencia. Ella había aceptado tener una cita con él, pero lo que Naruto no sabía era que la chica tenía novio. Esté se enteró y fue a hacer una escena a la cita. Naruto no sabía nada y se abalanzó sobre él cuando quiso llevarse a la chica. Lo golpeó de tal forma, por sólo tocarla, que casi lo mata. Había recibido el regaño y castigo por parte de sus padres, que lo protegieron de la policía y dieron una buena compensación para la familia del afectado. Pero la chica le había dicho que era un violento, por quebrar un brazo y varios dedos de su novio, dejando a Naruto sintiéndose amargado por dentro por unos meses.

Luego, cambio drásticamente.

Dejó que las cosas fluyeran, no quería sentir que nada fuera de él. No se dejó encariñar por nada ni nadie. Ni siquiera por Shion, que siempre había estado a su lado a pesar de ser siete años menor que él. Era su única amiga mujer, la amaba como parte de su familia, y ella estuvo en los mejores y los peores momentos. Pero, jamás pudo sentir o, mejor dicho, se permitió sentir ese sentimiento posesivo.

Ni siquiera por Sakura. Cuando él se habían enterado de su traición, no sintió siquiera removerse a su monstruo dormido.

Pero Hinata...

Ella activó eso que había estado dormido por mucho tiempo y lo asustaba.

Naruto detuvo el auto, pero no se movió. Se quedó mirando al frente sin ver en realidad. Todo esto era culpa de su madre, reflexionó. Si ella no lo hubiera impuesto como protector de Hinata, tal vez no sentiría ese sentimiento posesivo.

Porque, Hinata era suya para proteger.

El problema era, que no sabía si podría protegerla si esa bestia se terminaba de liberar.

Porque su posesividad ya estaba despierta y al acecho.

Continuará

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Continuará..

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