Parte XXXI

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Varios días después

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Varios días después...

Naruto frunció el ceño mirando hacia el hombre que se sentó en el sofá como si fuera su casa. No estaba muy contento con recibirlo, después de todo gracias a él, estaba en ese estado. Pero Hinata se lo había pedido, y él no podía negarle nada.

Naruto ya estaba en casa, pero aún en reposo total. Él era un pésimo enfermo, jamás había podido estar mucho tiempo acostado, aunque Hinata siempre lograba entretenerlo. Sus piernas picaban por salir a caminar, o hacer cualquier otra cosa que no sea mirar su teléfono o la televisión. Aún así, le dijo a Hinata que recibiría la visita si él podía sentarse en un sofá. No estaría tirado en la cama, dejando que el hombre lo viera en vulnerabilidad. Esa vista sólo dejó a sus seres más queridos, sus padres, hermana, padrinos y, obviamente, a Hinata. Pero jamás dejaría que nadie más lo viera débil.

Así que, se vistió con consciencia, aún estaba algo pálido, pero empezaba a recuperarse rápidamente.

Naruto se mantuvo en su sofá individual y esperó, mirando al hombre de cabello largo y de expresión fría. Hinata se sentó en el apoyabrazos de su sofá y él rodeo su cadera con un brazo, apoyando la mano en su estómago. Su bebé crecía allí, y aunque no se notaba, él ya quería empezar a sentirlo. Por fin había escuchado los latidos del bebé, eran fuertes, un sonido que le hizo sentirse el ser más fuerte y débil a la vez. Acarició suavemente el vientre de Hinata y afiló los ojos en el trío que estaba atrás de Neji Hyuga.

Había una mujer, en el medio y justo tras él. Sabía quién era, Tenten Tsuki, la mano derecha del primo de Hinata. Ella tenía una bonita piel blanca y ojos afilados, color café, ese rasgo no hacía difícil saber que su ascendencia venía de asia. El que estaba del lado derecho, también tenía rasgos asiáticos, pero no tan marcados como los de la mujer. Su contestura física era mucho más grande que un asiático común, pero seguía teniendo ojos rasgados y negros. Él era Rock Lee, el que se encargaba de la seguridad privada de Neji.

Naruto había investigando a Neji desde que supo que la hermana menor de ella había ido allí. Pero había encontrado grandes lagunas oscuras en su vida, sin mucha información.

La mirada de Naruto se clavo en el tercero que estaba a las espaldas del pariente de Hinata. No sabía quién era, sólo lo que Hinata le había dicho. Su nombre era Shino, un hombre extremadamente fuerte y frío. Ella suponía que era alguien de la seguridad de su primo, pero no estaba segura. Y él no encontró nada de él, como si no existiera y eso lo ponía nervioso.

— Que bueno que estás recuperándote —, dijo en forma de saludo Neji.

Naruto volvió sus ojos hacia él y asintió secamente, sin saber qué pensar del hombre. Pero, al parecer, Neji no quería hablar con él, porque clavó sus ojos grises en Hinata.

— ¿Le has contado sobre lo que te dije?— preguntó directamente.

Naruto sintió como se tensaba Hinata contra él y le acarició suavemente el estómago, intentando tranquilizarla.

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