— Bueno, eso es verdad — dijo su padrino y Naruto no necesito separar la mirada de Hinata para saber que ese sonido de palmada venía de Jiraiya nalgeando a Tsunade.
— Ay. Deja de hacer eso..— se quejó como siempre lo hacia su madrina, pero Naruto sabía que a ella le encantaba que Jiraiya lo hiciera.
Eso sólo hizo que le sonriera más a Hinata, sin poder dejar de mirarla. Ella estaba demasiado hermosa esa noche, su piel sonrojada y brillante, parecía tan suave al tacto. Y Naruto no pudo evitarlo, bajó el dedo que había apoyado en el hombro de ella, acariciando la piel tersa. Sus ojos perlas brillaban diferente esa noche, pero le daban un aura de belleza y pureza que le habían robado el aliento.
Si, aún tenía muy presente que había mucho que hablar entre ellos. También pensó en lo que le dijo su madre por teléfono.
No necesitó pensar mucho, cuando se había ido hacia su departamento, manejando, sólo necesitó unos pocos kilómetros para darse cuenta que el miedo era lo más profundo que sentía.
Pero, también había otras emociones flotando en el aire cerca. Como la Incertidumbre, que era íntima amiga del Miedo, junto con Pánico. La Traición estaba mirando todo el asunto, con la armadura ya puesta, lista para la pelea. Y poco a poco, estaba entrenando a Miedo, Pánico e Incertidumbre ..
Había una guerra allí, porque ese grupo de amigas, tenían enemigas.
La Felicidad iba al frente, con su estandarte, seguidas de la Anticipación y Ansiedad, que eran hermanas y se habían aliado con Deseo, el traidor.
Había una, que se mantenía totalmente cubierta con su brillante armadura, pero era demasiado fuerte.
Manteniendo a Traición a raya, para que no ganará. Aún no sabía cuál era esa emoción tan fuerte, que evitaba que se sintiera traicionado por Hinata, pero siempre que aparecía, pintaba todo con sus colores, haciendo que él se sintiera tranquilo.
Como en ese momento.
Si, esa emoción que hacía latir su corazón con fuerza y apretaba su estómago, estaba presente. Porque mantuvo a todas las demás atrás con su sola presencia. Era como si fuera tan grande, que evitaba que cualquier otra cosa ocupara el lugar en su mente. Ella empujaba a Felicidad hacia su lado, metiendo a Anticipación por arriba y colando a Ansiedad y Deseo por el otro lado. Los cuatro emociones rebotaron en su cabeza, haciéndolo un embrollo de emociones raras.
Estaba lleno de anticipación de tener a Hinata otra vez en sus brazos. Ansiaba tocarla y besarla, el deseo dejándolo sin fuerzas para resistirse. La felicidad de verla, era infinita, pero esa emoción central... Esa que hacía que su corazón se sintiera pesado, no lo dejaba disfrutar del todo todas las demás emociones.
Él no se había dado cuenta que se había sumergido demasiado en sus pensamientos y emociones, hasta que alguien lo empujó a un lado.
— A un lado, bobo—, dijo su hermana, avanzando y abrazando a Hinata, cortando la conexión que habían tenido—. ¡Hinata! Me alegra tanto que estés de vuelta aquí.