Parte XI

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Naruto bajó rápidamente del avión privado de los Uzumaki y localizó enseguida a Asuma esperándolo

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Naruto bajó rápidamente del avión privado de los Uzumaki y localizó enseguida a Asuma esperándolo.

Él tenía los dientes apretados, mientras sus largos pasos llegaban al auto. Asuma abrió la boca pero Naruto lo detuvo con un movimiento de mano. No quería escuchar excusas.

El sol recién empezaba a salir, pero para Naruto la negrura seguía.

Después de dos horas, donde tuvo que fingir en esa estúpida reunión, le llegó la llamada. Asuma le confirmo que Hinata no estaba con Otsutsuki, y en el departamento no estaban varias de sus pertenencias. Naruto simplemente salió de la reunión, disculpándose pero sin dar muchas explicaciones y fue al aeropuerto privado. Tuvo que esperar dos horas más para que prepararán el maldita avión, pero mientras más esperaba, se sentía más inquieto.

Hinata había desaparecido.

Naruto jamás dejaba nada a la suerte, menos cuando se trataba de ella y con tantos intentos de secuestro que había tenido. Él había puesto un localizador a su teléfono. El miedo había Sido tan fuerte e inesperado, que recién recordó eso mientras estaba en el avión.

Él subió del lado del conductor mientras Asuma subía al copiloto. Naruto puso su teléfono en el apoya GPS y entro en la aplicación para localizar el teléfono de Hinata. Primero se mostró el mapa de Konoha y la aplicación comenzó a buscar la señal mientras él encendía el auto y comenzaba a salir del aeropuerto privado.

La aplicación tardo dos minutos, hasta que mostró un punto titilante. Naruto fijo el rumbo y comenzó a conducir como si el diablo le persiguiera. Sus nudillos estaban pálidos mientras apretaba el volante como si su vida dependiera de ello. Aún podía sentir a su corazón acelerado, y estaba listo para matar a a quién sea que se haya llevado a Hinata.

—¿Trajiste lo que te pedí?— habló con voz profunda y sin apartar la mirada de la calle.

— Si—, contestó Asuma —. Está en el asiento trasero.

Naruto bajó la velocidad con brusquedad y giró, haciendo que los neumáticos hicieran ruido de arrastre, marcando el asfalto. Tomó la nueva recta, subiendo la velocidad una vez más. Vió de reojo que Asuma alargaba la mano, buscando el cinturón de seguridad. Naruto mostró una sonrisa de lado, pero está se le borró cuando pensó en Hinata.

La única opción que quedaba, si ella no había ido a lo de Otsutsuki, era que el secuestrador hubiera conseguido su propósito. Era obvio que el hombre no trabajaba sólo. Hizo que alguien distraerse a Asuma y luego fue a por Hinata. Maldijo por lo bajó, y apretó más duro el acelerador, llegando a una velocidad peligrosa para una calle a esa horas. Naruto movió el volante, esquivando por poco a un par de autos y luego volvió a su lado de la calle.

—Vas muy rápido —, se quejó Asuma con un susurró —. Mi esposa está embarazada, ¿lo sabes, verdad? Quiero ver a mi hijo...

Naruto apretó los dientes, pero no bajo la velocidad, volviendo a esquivar está vez a un camión de basura. Él hizo un cambio, bajando un poco su velocidad y volvió a doblar antes de chocar de frente con el transporte público que iba a su dirección.

— Dios..—, murmuró Asuma, mientras estiraba su mano para cerrarla en la agarradera de arriba de su ventana.

Naruto esquivó los autos que iban a su dirección, dándose cuenta que había entrado a una calle de un sólo sentido, y él iba contra mano. Puso el auto en tercera y doblo en la primera esquina que llegó a hacerlo. Dió una rápida mirada a su teléfono, dándose cuenta que estaban cerca del punto y subió la velocidad de nuevo.

En menos de casi diez minutos había recorrido una porción del camino que generalmente le podría haber tomado mucho más. Sabía que tendría muchas multas que pagar, pero no le importaba. Se detuvo a la vuelta del punto titilante, y tomó su teléfono del apoya GPS, abriendo la puerta del conductor. Salió y abrió la puerta de los asientos de atrás, tomando la bolsa de lona pesada. La abrió sacando varias armas, una pequeña la puso en su tobillo con su correa, la otra la puso en su cintura, en la parte de atrás, tapándola con su camisa que la sacó de abajo de su pantalón.

Se colgó el bolso de lona, sabiendo que tendría que ponerse un chaleco, pero él sentía que no había tiempo. Cerró la puerta trasera del auto y levantó la mirada para ver a Asuma hacer lo mismo. Ambos comenzaron a caminar rápidamente, Naruto confirmo que el punto titilante no se movía y casi corrió mientras daba vuelta en la esquina. Se detuvo de golpe, notando varios autos y, por primera vez, vió atentamente el lugar. Siguió caminando, su mirada celeste y oscura, observando todo.

—¿La terminal?— murmuró Asuma, cuando ambos se detuvieron en la puerta.

Naruto giró la cabeza para ver cómo una camioneta blanca se detenía y abrían la puerta. Varios de sus hombres de seguridad, vestidos de manera casual, bajaron. Asuma había dado la dirección a donde se dirigían mientras él había estado manejando. Él grupo de diez hombres se reunieron a su alrededor.

— Busquen adentro—, ordenó sintiendo que algo no iba bien.

Mientras los diez hombres se metían sin otra palabra, Naruto y Asuma se quedaron fuera. Él se concentró en su teléfono, ampliando la aplicación, para que le diera una dirección exacta. En unos minutos ya tenía una imagen más real y frunció el ceño mientras caminaba hacia la dirección que le decía su teléfono.

Su corazón seguía acelerado, y no lo dejaba pensar con claridad mientras seguía el camino de manera automática. Se detuvo cuando la aplicación le dijo que estaba en el lugar exacto y levantó la mirada, sólo encontrando la calle con autos vacíos estacionados.

—¿Qué..?— murmuró, sintiendo que la frustración crecía.

Asuma se movió sin una orden, revisando el interior de cada auto. Naruto miró con el ceño fruncido, pasando su mano libre por su cabeza.

— Nada... Esto no me gusta—, dijo Asuma.

Naruto hizo un ruido sin palabras de confirmación. Su mirada fue a la calle, dónde apenas se movían unos pocos autos. Fue consciente de como le pesaba la bolsa de lona en su hombro, así que la dejó en el piso dejándola caer sin ceremonia. Masajeo su frente, comenzando a caminar de un lado hacia otro. Y se detuvo de golpe al ver algo de reojo.

Se quedó congelado por unos segundos y luego giró su cuerpo con lentitud, como si el tiempo se hubiera detenido. Sus ojos miraron el cesto de basura sin tapa y dió un paso hacia el. Algo brillaba.

Metió la mano, sin pensar y tomó esa cosa brillante que estaba bajo unos papeles de envoltorio. Sus dedos tocaron el duro material y sacó la mano, sintiendo que un vacío se abría en su estómago.

—¿Naruto?— preguntó Asuma cuando un ruido de enojo salió del rubio.

Naruto se giró, mostrando el astillado teléfono de Hinata en su mano.

Continuará

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Continuará...

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