No Gritar

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Ara llevaba cerca de cuarenta minutos mirando el techo, repasando en su memoria lo que había sucedido la noche anterior, el como H.one le había confesado su frustración, hasta como llegaron a su habitación, recordando también el momento en el que le dijo su verdadero nombre y cómo se detuvo cuando ella se lo pidió, al llegar a esa parte Ara solo agitaba la cabeza y volvía a recordar las partes lindas.

No podía moverse, ya que H.one descansaba sobre ella pero de haber podido tampoco se hubiera quitado, era una sensación extraña tenerlo así de cerca, sentir el calor de sus cuerpos desnudos y escuchar su respiración y sus pequeños ronquidos.

H.one se estiró y al notar lo cerca que estaba de Ara se alejó un poco, claro que recordaba como habían llegado ahí, pero no daría lugar a que ella malinterpretara las cosas.

-Buenos días. -saludó con voz ronca.

-Buenos días... -devolvió Ara el saludo, tímidamente.

-¿Quieres desayunar? Necesito comer algo. -confesó él.

-Te dije que te daría resaca. -reprendió ella.

Y H.one rió un poco.

-Sí y tenías razón. -aceptó.

-Lo sé. -sonrió ella.

-El desayuno ya debe estar listo, podemos bajar a menos que primero quieras ducharte.

-Prefiero primero desayunar.

-De acuerdo. 

H.one se puso de pie en busca de ropa interior nueva pues la suya yacía por alguna parte del suelo.

Entonces, llamaron a la puerta y sin esperar respuesta alguien entró de golpe.

-¡H. one! -era Yoo-ki.

-¿Sí?

Ara se cubrió por completo con las sabanas, se encontraba en ropa interior, pero lo realmente curioso para ella fue que, H.one se encontraba completamente desnudo y ninguno de los dos chicos se inmutó por eso.

-La mocosa desapareció. -infirmó alarmado. -Puse guardias afuera de su habitación pero es igual de escurridiza que un gusano, no debe estar muy lejos.

-¡Hey! -Ara se descubrió la cara.

-No desapareció, durmió conmigo. -dijo H.one, divertido.

Yoo-ki abrió la boca sorprendido, miró a Ara y después se dio cuenta de que su amigo estaba completamente desnudo frente a él.

-¿Qué fue lo que hiciste? -reprochó.

-Nada que ella no quisiera. -respondió tranquilo.

-¿Estás consiente del gran error que cometiste? -insistió Yoo-ki furioso. -¡Y tú, levántate y vuelve a tu habitación!

-Okey, cálmate. -reprendió H.one poniéndose un calzoncillo. -Estoy lo suficientemente grande para entender mis acciones. -salió de la habitación.

-¿Es que nunca me escuchas? -Yoo-ki lo siguió. -¡Ella no es de fiar, tu calentura puede jugarnos en contra! ¿No lo entiendes?

-Yoo-ki estás muy alterado y no ves claras las cosas, ¿Por qué no te calmas? En verdad me preocupas. -H.one no se detuvo.

Yoo-ki rió sin ganas.

-Sabes que jamás me equivoco y que mis deducciones nunca fallan. 

H.one asintió sin ganas.

-Tienes razón, seré mas cuidadoso a partir de este momento.

-Eso espero, y si quieres a alguien para coger solo dilo y te pueden conseguir a cualquier chica. -recordó Yoo-ki.

H.one se detuvo de golpe, giró lentamente y finalmente miró a su colega a los ojos.

-No vuelvas a decir esa estupidez mientras ella esté aquí ¿Me oíste? -sentenció.

-¿Qué? ¿Tienes miedo de romperle su corazón? -encaró el mas bajo.

H.one no respondió.

-Solo no seas tan imbécil y recuerda que todo lo que cada uno de nosotros hagamos, nos afecta a todos como equipo. -pidió Yoo-ki.

-Lo mismo te digo yo. -espetó H.one seriamente.

El líder se giró lentamente y continuó con su camino.

-Ah, y una cosa mas. -miró a Yoo-ki. -Ni se te ocurra despedir a los guardias que dejaste a cargo de Ara, si tanto te interesaba tenerla vigilada, lo hubieras hecho tú mismo.

Yoo-ki asintió firmemente y después ambos bajaron al comedor.

-Y otra cosa. -lo detuvo en el ultimo escalón. -No vuelvas a gritarle. ¿Quedó claro? -amenazó.

-Claro. -aceptó Yoo-ki entre dientes.

-Bien. -sonrió H.one. -Ahora ve a decirles que ellos también tienen prohibido gritarle.

-¿Por qué no lo haces tú? -cuestionó confundido.

-Quiero darte el placer de defenderla. -se burló.

Yoo-ki rió sarcástico.

-¿Te encanta fastidiarme? 

-Un poco. -aceptó el líder.

-Bien. -asintió Yoo-ki. -Pero me debes una.

-Eso ya lo veremos. -H.one se encogió de hombros.

Los dos caminaron hacia el resto del equipo, los escoltas pararon de desayunar para saludar con una reverencia al jefe, sus amigos solo lo ignoraron.

-Escúchenme bien. -Yoo-ki llamó su atención. 

H.one lo observaba con una sonrisa burlona, en verdad estaba disfrutando el momento. Yoo-ki pensó bien sus palabras, respiró profundo y habló.

-Tienen prohibido gritarle a la mocosa, si los llego a escuchar que tan solo le hablan mal, se arrepentirán. -amenazó rendido. -¿Quedó claro?

 -Sí, señor. -respondieron los escoltas.

Los demás lo miraban boquiabiertos.

-¿Te sientes bien? -cuestionó Honey con comida en la boca.

-¿Qué bicho te picó? -también Sun.

-No me picó nada y me encuentro de maravilla. -respondió Yoo-ki sirviéndose comida.

-¿Ya te cae bien? -quiso saber I.M.

-No.

-¿Entonces? -insistió Wonho.

Yoo-ki bufó, la situación lo estaba molestando y abrió la boca para hablar.

-Ya, déjenlo en paz. -pero H.one intervino. -Debemos ser todos respetuosos con Ara. ¿De acuerdo?

-Sí, señor. -respondieron de nuevo los guardias.

-¿Y ahora? -preguntó I.M sorprendido.

-La llamó por su nombre. -habló Honey asombrado.

-¿Será que a H.one sí le gusta? -indagó Sun.

-No lo creo. -negó Wonho pensativo.

-Ya dejen ese tema, en una hora iremos a la sala de juntas a repasar el plan. -sentenció Shownu lavando su plato.

-De acuerdo. -renegó Sun.

LOVE KILLA ~ Hyungwon - Monsta X ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora