El Clan

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Ara se encontraba muy receptiva a todo, escuchaba todo lo que hablaban, memorizaba los caminos por los que pasaban, cualquier cosa que pudiera darle una pista de quiénes eran esas personas.

Llegaron hasta un lote baldío, donde bajaron a sus rehenes, ella observaba por la ventana con especial atención, no reconocía el lugar, pero se daba una idea de que podía ser un escondite.

-Hey. ¿Se te perdió algo? -el chico castaño claro dio unos golpecitos en la ventana.

-No. -negó ella enseguida.

Debía ser más cuidadosa.

-Bien y... ¿A dónde te dirigías? -preguntó un chico amable con hoyuelos.

-A la escuela. -respondió.

Tenía la indicación de responder eso si llegaban a atraparla.

-De acuerdo, ¿Y a dónde podríamos llevarte para que estés a salvo? -cuestionó el platinado.

-Podrían dejarme en casa de mis abuelos... -tanteó.

-¿Dónde viven?

-Gwangju. -respondió por inercia.

No mentía, en Gwanju vivían sus abuelos, pero también ahí se encontraba uno de los cuarteles de Iksoo, tal vez podían dejarla cerca.

-Entonces vayamos a Gwangju. -aceptaron.

El camino no era especialmente complicado, pero se percató de que el chico que conducía tomaba sus precauciones pues había elegido el camino largo. Aunque tal vez ni así estaban del todo seguros, Ara se dio cuenta casi desde el primer momento que miró por el retrovisor, que uno de los autos de Iksoo los seguía. ¿Cómo lo sabía? Fácil, a Iksoo le gustaba solo utilizar un tipo de auto, además de las placas, Iksoo tenía los contactos suficientes para llevar a corea autos a diestra y siniestra desde Singapur.

Sintió un poco de alivio al pensar que irían por ella, pues aún no sabía con quienes se encontraba, y aunque parecían ser "buenos" no quería fiarse de ellos, pero, como era de esperarse, ellos también se dieron cuenta de que los seguían.

-¿Es mi imaginación o ese auto lleva veinte minutos siguiéndonos? -preguntó uno de voz grave.

El resto miraron por el retrovisor.

-Gira en la siguiente salida. -ordenó el líder.

-Sí, nos están siguiendo. -dijo uno de ellos.

-Carajo... -susurró Ara.

-La camioneta también está con ellos. -informó el castaño.

-Mierda... -expresó el platinado.

-Bien, tomen sus armas y estén listos a cualquier movimiento.

-¿Qué? -preguntó Ara asustada.

¿De verdad iban a dispararles?

La gente de Iksoo seguramente iba por ella, solo tenían que cooperar y no armar una balacera. A pesar de llevar ya tiempo en ese mundo y de conocer perfectamente las tácticas de esos grupos mafiosos, nunca había estado directamente en un altercado entre bandos, y eso la aterraba.

-Tranquila, no es nada. -intentó calmarla el de los hoyuelos.

-¿No es nada? ¡No siguen unos mafiosos con armas el doble de grandes que las de ustedes! -reclamó.

-¿Ah, sí? ¿Son tan grandes? -preguntó el chico mirando por la ventana.

-¿Y tú cómo lo sabes? -cuestionó el castaño.

Ara lo miró nerviosa. Claro que conocía las armas que manejaba Iksoo, ella misma había practicado con ellas y las de esos chicos no eran ni la mitad de peligrosas.

LOVE KILLA ~ Hyungwon - Monsta X ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora