LOVE KILLA ~ Hyungwon - Monsta X ~

Carnada

POV Ara

Con la música a todo volúmen y a máxima velocidad, manejaba Ara.

Tenía una misión sencilla, entorpecer el trabajo del Clan.

-Carnada, eso es lo que soy. -se quejó furiosa apenas le dieron la indicación.

A través de un radio le mencionaban las coordenadas del lugar al que tenía que ir, la hora y el momento preciso en el que tenía que pasar por ese tramo de la carretera, pues no seguiría el mismo recorrido de las camionetas con la gente de Iksoo para evitar sospechas.

Sería como una rara "coincidencia", una linda chica camino a su escuela en medio de una emboscada, tenía que funcionar.

No contaba con que sus planes cambiarían.

-Señorita Ara, está por acercarse al objetivo, los dos autos se apresuran así que baje un poco la velocidad.

-Gracias, Bin.

Pisó el acelerador en el momento que vio las dos camionetas negras por el retrovisor, en cuanto ganó la distancia suficiente, bajó la velocidad.

-Bien... ¿En dónde se esconden? -preguntó para sí misma mientras observaba con atención la carretera.

-En cuanto le dé la señal, acelere y deje libre la carretera, tome la salida que se encuentra a 800 metros.

-De acuerdo.

Preparada para tomar una mayor velocidad, se acomodó mejor en el asiento, aunque se encontraba alerta a todos los movimientos no se imaginaba lo que le esperaba.

-¡Ahora!

Apenas pisó el acelerador, sintió como algo había pinchado una llanta.

-¡Bin, se me pinchó una llanta! ¿Que hago? -preguntó asustada.

-Carajo...-se escuchó del otro lado. -Tiene que hacerse a un lado, las camionetas tienen que salir de ahí.

-Tal vez no sea grave, puedo avanzar.

-Señorita, no. -sentenció Bin. -Es peligroso que ande a altas velocidades con un neumático roto. Lo mejor es que se haga a un lado de la carretera, voy en camino por usted.

-Aish...-renegó Ara.

Detuvo el auto enseguida a un costado de la carretera, era algo que nadie tenía previsto, pero el plan debía continuar. Bajó del auto para investigar cuál de las cuatro llantas era la afectada.

-Buen momento para no llevar una llanta de repuesto. -renegó pateando el neumático roto.

-¿Podemos ayudarle, señorita? -escuchó una voz masculina.

-Mierda...-susurró de espaldas.

Se supone que la gente del grupo contrario estarían escondidos y que para nada debían acercarse a ella, aunque si intentaban ayudarla solo significaba una cosa, habían mordido el anzuelo.

La ventaja de Ara era, que el Clan no sabía de su existencia, así que usaría eso a su favor.

Tomó aire y puso su más brillante sonrisa.