1 Las carreras

41 7 1
                                    

HOLA MIS QUERIDOS LECTORES

ESPERO ESTEN TENIENDO UN HERMOSO DÍA

AQUÍ EMOCIONADA DE COMENZAR ESTA HISTORIA CON USTEDES

SE QUE TENÍAMOS OTRA, PERO LA IDEA SE PERDIÓ EN MI ENORME CABEZA, Y ESTA DESDE CUANDO ANDABA REVOLOTEANDO POR AHÍ.

CREO QUE TODOS CONOCEMOS A LUCREZIA Y ALEXEI, ES HORA DE ESE PAR...

DEJENME EN LOS COMENTARIOS SUS TEORIAS Y SUS REACCIONES, SABEN QUE AMO LEERLOS

DEJENME EN LOS COMENTARIOS SUS TEORIAS Y SUS REACCIONES, SABEN QUE AMO LEERLOS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tenía trece años cuando papá me enseñó a manejar una motocicleta. Dieciséis años cuando me regaló la primera. Y mamá decía que no sería buena idea, pero lo fue.

Todo comenzó justo en esa etapa de mi vida, cuando armar una pistola y cargarla con balas era primordial para sobrevivir. Mis hermanos eran demasiado jóvenes aún para todo esto, Catanzaro era tranquilo, el problema era salir de aquí, aun así, ese par era de cuidado.

Siempre creí que me harían menos por no ser de la misma sangre, pero todos me recibieron con amor y papá está orgulloso de la mujer que soy ahora.

Conforme pasaron los años, mamá tomó más confianza en sí misma y pudo salir adelante en todos los ámbitos y le ayuda a papá en las cafeterías como siempre habían soñado.

-Y una mierda hermanita, no saldrás.

-Si abres la boca -me acerqué a Leon, mi hermano menor y saque mi navaja-, te corto la garganta.

- ¿Segura que no eres de Apulia? -Leah habló burlona-, amenazas a diestra y siniestra cuando pierdes los estribos.

-Ya he dicho que no -los corté-. No pueden ir más conmigo.

-Pero quieres la diversión para ti sola -mi hermanita se empeñaba en hacer rabietas cuando podía-. Sabes que haré que él -apunto al chico- cierre la boca por las malas, ¿sí?

Eran cuatro años menores que yo, pero eso no les impedía ser más valientes, agresivos y decisivos en todo lo que querían. Eran manipuladores expertos y buenos con la tecnología (nacieron en combo, era de esperarse) y yo no les negaba nada.

-El primero en abrir la boca -apunte a ambos con la daga-, se las verá conmigo.

-Y tu estúpido novio, qué -Leah se trenzaba el cabello y me miraba a través del espejo-. ¿No te ha regresado la motocicleta?

-Lo veremos allá -me coloqué la chamarra negra de piel y coloqué mi labial rojo de siempre-, allá me la entregará.

-Bueno, mini será -Leon se acercó a la puerta-. ¿Listas?

Dulce explosiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora