26 Corazón herido

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BUEN DIA TENGAN MIS QUERIDOS LECTORES...

INSISTO QUE LAS HORMONAS JUEGAN EN MI CONTRA

DEJAME EN LOS COMENTARIOS QUE TE PARECE LA HISTORIA HASTA AHORA

ESTAMOS LLEGANDO AL FINAL...

AUNQUE, TODAVÍA NOS FALTA ALGUIEN POR AHÍ.

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LOS LEO SIEMPRE CON AMOR 💋

LOS LEO SIEMPRE CON AMOR 💋

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Lucrezia

La llamada de Alexei me dejó más nerviosa de lo que estaba. "Tenía contarme algo y que tuviera la mente abierta", esas estúpidas palabras siempre incomodaban a todo el mundo, aunque no fuese nada grave. Pero en mi corazón temía que esta vez lo fuera, era algo que me estaba alejando de él y sabía que no me iba a gustar.

Cuando me llamó, me alegró te todo estuviera bien, que su madre estuviera a salvo de esa maldita loca. Pero en mí interior sentí que era relacionado a ella.

¿Y si tenían un hijo juntos?

Miré a mi hermana que estaba sentada a la orilla de la alberca y Nikolai estaba dentro, estaban riendo como dos enamorados que tenían una relación perfecta.

Al final, Leah solo sufrió golpes y descargas eléctricas, lo que le impidió estar estable en todo momento en su mente. Por eso la desesperación brotaba de cada uno de sus poros.

Por otra parte, mi hermano estaba melancólico, tumbado a mi lado en una silla, bajo la misma sombrilla que yo. Sufría la ausencia de su esposa, de su amor, de su todo.

—Pareciera que serás madre soltera —dirigí mi mirada hacia él, llevaba lentes oscuros—. ¿No te ha llamado?

—Hablé con él ayer...

— ¿Y...? —bajó las gafas y me miró—. Pareciera que te dijo que no va a volver o algo así.

—No, no es eso —se sentó y giró su cuerpo hacia mí, acarició mi vientre y de inmediato saltó la criatura dentro de mí—. Es solo que... presiento que algo no está bien.

—Si las cosas no estuvieran bien, ese imbécil de ahí —señaló con la cabeza hacia la alberca— habría dicho algo a Leah, no le oculta nada. Así que dime, ¿qué es lo que te molesta?

—Su voz sonaba insegura —aguanté las lágrimas que llenaban mis ojos—. Tengo miedo de que esa mujer lo haya chantajeado, que nos deje, que...

—No lo hará —colocó ambas manos en mi vientre—. Él te ama, hermana, te ama más de lo que puedo asegurar. Creé cuando decimos que desde que supo que desapareciste, no descansó hasta encontrarte. Incluso dejó de comer algunas veces, al igual que a nosotros, el ansia lo mataba, quería saber de ti, de tu bebé, de Leah cuando se la llevaron. Su padre tuvo que hacer un estúpido trato para recibir ayuda de quien menos creía.

Dulce explosiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora