16 Color rosa

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BONITO DÍA TENGAN MIS QUERIDOS LECTORES.

EL DÍA DE HOY VA CON DEDICATORIA A @SandraVillanueva075QUE YA ESPERABA ANSIOSA EL CAPÍTULO... CHINITA, DISFRUTALO MUCHO.

TODO VA MUY COLOR DE ROSA, NO CREEN? TODO VA MUY PERFECTO, PERO QUE FRANCO APAREZCA ASÍ, NO ME DA BUENA ESPINA, USTEDES QUE OPINAN?

MISMA DINÁMICA, PRIMER COMENTARIO, LE DEDICO EL SIGUIENTE CAPÍTULO.

LOS LEO CON AMOR...


Alexei

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Alexei

Tuve un retraso por culpa de aduana y mi maleta extraviada. Moría por ver a mi muñeca de rizos alborotados y cuerpo de infarto, ansiaba besar sus carnosos labios y tocar su piel, envolverla en mis brazos y quitar esa ropa que tanto nos estorbaba para hacerla mía hasta que caiga rendida y me pida que pare.

Una vez completaron el chequeo salí a prisa, pero odié lo que vieron mis ojos. El estúpido de su exnovio se atrevió a acercarse a ella, de nuevo.

—Cuanta imprudencia de hablarle así a mi muñeca —me acerqué por atrás sin que me vieran y me atreví a rodear su cintura con mi brazo libre—. Creí haber dejado claro que no te quería cerca de ella.

—Solo la vi pasar, me acerqué para ver cómo está —se atrevió a contestar el sínico—. No tienes por qué...

—Bueno, te sigue quedando claro que está en buenas manos —besé su mejilla y sonreí malicioso—, ahora mismo, no solo serán mis manos las que la toquen, así que, necesitamos menos público.

— ¡Ella no es una...!

—Cuida bien lo que sale de tu boca sucia —hablé severo y se tensó de inmediato—. No voy a repetirte algo que está más que claro. Es la última vez que te cruzas en mi camino.

—Eso no lo decides tú —contra atacó y reí por su estupidez.

Y ahora mismo parecíamos adolescentes peleando por una hermosa mujer, al tiempo mi muñeca se quedaba quieta, pero sabía que se estaba enojando y esperaba no ser yo el amenazado esta vez.

—Bueno, que te vaya bien —contestó con toda la serenidad del mundo, se giró y envolvió mi cuello con sus brazos, me dio un casto beso en los labios y sonrió—. Te extrañé tanto —hizo un puchero—. ¿Por qué no saliste con los demás?

—Bueno, mi maleta no aparecía y aduana se entretenía con ella —besé la comisura de sus labios—. Pero, ya estoy aquí contigo.

El idiota se marchó y mi chica me siguió llenando de besos las mejillas.

Dulce explosiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora