19 Valores

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BUENAS BUENAS, QUERIDOS LECTORES

HOY ANDABA INSPIRADA, POR ESO LES DEJO OTRO CAPÍTULO.

ESTE VA CON DEDICATORIA A AnaCristinaVergara2 que me lee desde el inicio de los tiempos. Va con amor para ti

PD: NO ME MATEN, NO ME FUNEN...

SIEMPRE LOS LEO CON AMOR 💋

SIEMPRE LOS LEO CON AMOR 💋

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Valentino

Yo amaba a mi familia sobre todas las cosas. Eran la prioridad en este mundo de mierda que me tocó vivir. Agradecía a mi padre por todo lo que me había enseñado. Scarlett llegó a mejorar mi mundo en todos los aspectos, ella y Lu eran mi todo hasta que llegaron mis torbellinos pelirrojos, genios y excelentes para la tecnología, creo que esos siempre vienen en paquete doble.

Pero que mi padre me abandonara justo ahora, era algo para lo que no estaba preparado. Solo veo como mueve la boca mi amigo Zanolli, pero no puedo asimilar sus palabras.

—Valentino, amor —una voz hermosa, que guardo en mi memoria, ese aroma que altera todo mi ser me llama, pero no soy capaz de moverme, no puedo romperme ante ella, que ha soportado tanto en esta vida—. Valentino...

Rompe en llanto y me abraza por la cintura, entonces me vuelvo valiente y la rodeo con mis brazos. No me atrevo a hablar. Mis hijas, ellas también lloran, no quiero que sufran ellas, son mi todo, mi alegría...

— ¿Sabe dónde podemos comenzar con los trámites? —Una voz de hombre me regresa a la realidad, Alexei—. Quiero ayudarles.

Me giro para verlo y sostiene a mi hija entre sus brazos, quien abraza a Leah a su vez, me está ayudando con mis princesas, sé que es un buen chico, aunque no quiero que se lleve a mi mayor tesoro de mi lado.

El chico Volkova me hizo el favor de comenzar con los trámites del hospital. Su amigo nos llevaría a casa con mamá, tenía que hablar con ella y que no se desmoronara también.

Leah estaba extraña, se abrazaba a Scarlett de un modo que me desconcertaba demasiado. Lu se tocaba el vientre y limpiaba sus lágrimas, pero había estado firme todo el tiempo, su llanto era tranquilo y sabía que era por ese bebé en su interior.

No quería que mi familia se desmoronara ahora. No cuando tenía la pista de los que estaban provocando los desastres a las afueras de Calabria.

Al llegar a la mansión, mamá estaba ya en su recamara, Leon paseaba de un lado a otro de un modo nervioso en el pasillo, pero al verme, todo el color de su piel se fue, negó con la cabeza y se acercó a mí.

—Solo algo que haría volver, padre...

Lo abracé y suspiró fuerte, pero sentí sus lágrimas mojar mi hombro. Éramos de sentimientos y mi padre era alguien respetado y amado por todos, no solo por su familia.

Dulce explosiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora