BONITO DIA QUERIDOS LECTORES.
LISTOS PARA EL FINA?
LOS LEO CON AMOR 💋
Alexei
Temía la reacción de Lucrezia ante toda la situación, pero me demostró que es la mujer fuerte que vi aquella noche. Esa mujer decidida, agresiva y seductora que conocí hace casi un año en aquella fiesta. Ahora, criaría a mis hijos como suyos, sin excepción, sin nada más que su gran corazón.
— ¿En qué piensas? —La miro y está sonriendo de ese modo dulce siempre que amamanta a mis pequeños—. ¿Estás bien? Tienes días raro, no quiero que vayas a enfermar.
—Estoy bien —le dedico una sonrisa y dejo al pequeño Darío en su cunero—. Es solo que, me siento abrumado por tanto.
—Bueno —se cubrió el seno y se puso de pie para acomodar a Perla en el cunero, justo al lado de su hermano. Habían estado durmiendo juntos desde que nacieron, a pesar de él, ser más pequeño de tamaño que ella, se estaba reponiendo pero ella se empeñaba en llorar si no estaba cerca de él, tal vez la sangre los llamaba—, yo también estoy abrumada, molesta ya no —me acaricia el pecho con sus manos y la tomo de la cintura—, y tengo ganas de otras cosas —mordió su labio inferior—. Estoy por terminar la cuarentena y quiero que...
—Me molesta que acaparen todo tu tiempo —inconscientemente mencioné lo que tanto había pensado y había callado.
La carcajada que soltó, fue autentica y me sentí un poco molesto. Miramos a los niños pero ellos seguían plácidamente dormidos.
—Son bebés, necesitan tiempo, dedicación y muchísimo amor.
—Y leche... —Bajé la vista y entonces entendió.
— ¿Estás celoso?
—Siempre me gustaron mucho tus pequeñas tetas, ahora son enormes y lechosas y... muero por probar ese dulzor que sale de ti...
La verga se me puso dura. Tenía casi seis meses sin sexo, oler su aroma, sentir su calor cerca, me estaba descontrolando, era más difícil contenerme si solo llevaba una bata puesta y los pezones los tenía erguidos. Sin contar las gotas de leche que se escurre.
Comencé a salivar.
—Bueno, tus hijos ahora duermen —me empujó suavemente—, yo necesito un baño y...
—Mañana irás con el médico. Quiero ir, necesito preguntarle muchas cosas, no quiero estar así.
—Irás, tranquilo —dio un paso hacia mí y con su mano rozó el bulto en mi pantalón—. Tú, me vas a llevar con mi padre después.
—Prometí que no lo haría, por eso se le bajó el enojo conmigo.
—No, se le bajó por que ahora tiene dos nietos que ama, es feliz con su familia, pero mi madre está preocupada y quiero acabar con todo esto de una vez —se tornó seria—. Sé que está jugando con Franco, no voy a ensuciar mis manos, así que puedes quedarte tranquilo.
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Dulce explosión
RomanceLucrezia Farina es una chica amada por sus padres y sus hermanos, pero goza de la vida nocturna en las calles. Alexei Volkova es un caballero romántico y tranquilo que es arrastrado por su mejor amigo a la vida nocturna. Un encuentro, conflictos de...