8 Cena informal

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Alexei

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Alexei

Lucrezia estaba demasiado nerviosa para decir algo. Su madre es alguien encantadora, su padre es serio, pero sé que no es el hombre aterrador que me está mostrando, los gemelos son los gemelos, pero bien vestidos y los abuelos de mi muñeca, son demasiado amorosos a todas horas.

Tenía la esperanza de verme así algún día con Lucrezia, con nuestros hijos, mis padres, los suyos y nuestro eterno amor en una casa donde quepamos todos, donde la mierda de la corrupción no exista para no manchar más de sangre, pero sabemos que eso es imposible.

El plazo se terminará y el jefe no accederá a un no por respuesta.

Pero ahora mismo me importa una mierda, ya después veré que hacer con ese asunto.

Para nuestra mala suerte Luan abrió la boca, sus pupilas están dilatadas y sé que voy a matar a Nikolai si se atrevió a darle algo antes de venirnos. No hemos cargado esa mierda, pero puede ser posible que ella lo consiga de un modo que no podamos darnos cuenta.

—Y... cuéntanos, Luan —oh no—, ¿qué le pasó a tus padres?

—Murieron cuando tenía quince años, mi abuela con ellos y mi abuelo nunca está al pendiente de mí —, en ese entonces fui consciente de su rostro, no estaba drogada, pero había algo más—. Todos estos años he vivido de aquí allá. Escape de Rusia en cuanto pude y...

—Espera —la corté—. ¿Vienes de Rusia? Tu acento no...

—No eres el único que habla varios idiomas —rio de un modo extraño, alcohol—. Desde niña mis padres me enseñaron a hablar varios idiomas, luego el accidente y así, escapé aquí y pude acostumbrarme después de un año.

— ¿Quién es tu abuelo? —Leon habló—. ¿Lo conocemos?

— ¡Todo el mundo lo conoce! —Alzó las manos y el contenido de su tenedor salió volando por los aires, cayendo en la cabeza de la señora Farina.

Esto no podía ser peor...

— ¡Ay!

Se puso de pie y quiso repararlo, pero aún no era momento para incluirla a la sociedad. El tenedor que llevaba en las manos fue demasiado y Nikolai pudo detenerla a tiempo. Se disculpó y la llevó fuera.

— ¿De dónde ha salido esta chica?

—Ellos —Lucrezia estaba demasiado nerviosa—, la han acogido para cuidarla, la encontraron en la fiesta y quieren ayudarla.

Luan... Rusa... ojos azules, cabello rubio... solo vive su abuelo... Es... No. Puede. Ser...

Mi cerebro trabajaba a toda prisa uniendo piezas, estaba metido muy adentro cuando un golpe en mi pierna me volvió a la realidad.

— ¿Perdón?

—Que si quieres más vino —Lucrezia me miraba asustada.

—Claro —sonreí y sirvió.

Dulce explosiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora