Capítulo 22

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Observé a Changbin mientras dormía, la noche anterior había sido difícil para él, aunque para mi también lo fue, ver a una persona a la cual quería en ese estado; no era algo que me gustó experimentar.

Sus párpados cerrados me causaban serenidad porque así no veía la tormenta de aflicción que llevaba, solo esperaba que al despertar su mirada ya hubiera cambiado.

Me levanté de la cama y me llevé conmigo mi celular que sonaba con una llamada entrante, el nombre de Minho se leía en la pantalla y sonreí porque ya era bastante tiempo que tenía sin hablar con mi hermano, al contestar escuché el bullicio de lo que suponía era la calle.

-¡Lixie! ¿Como estás? -

- Muy bien, Min, ¿como estás tú y tu vida de casado? -

El soltó un suspiro qué me hizo reír, Chan era un poco intenso aveces y estaba seguro que la vida de mi hermano a partir de ahora iba a ser muy distinta a la que estaba acostumbrado.

- Bien, bueno, Chan ah estado un poco irritante estos días, pero nada que un par de días de descanso pueda arreglar -

- ¿Irás de vacaciones? - curioso pregunté

- Sí, quería ir a visitarte, pero no sé si Changbin aún está contigo -

Miré hacía atrás, Changbin seguía durmiendo plácidamente, hice un sonido de confirmación, distraído en observar al hombre en la cama.

- Sí, aún lo está -

Minho guardó silencio un momento y al final, con la duda latiendo en su voz, preguntó.

- ¿Cuando se supone que es la boda, Felix? - su tono era preocupado - Desde que lo dijeron no volvieron a hablar más del tema y tu madre ah estado preguntando -

Suspiré, Minho era el único que pasaba pendiente de mi madre últimamente, mi padre y su madre no estaban en Corea y yo había sido un pésimo hijo últimamente. Su curiosidad era compresible.

- Aún no lo sé Min, yo aún tengo trabajo pendiente y Bin igual, pero yo te aviso -

Seguimos hablando un par de minutos más, al darme la vuelta observé a Changbin despertando, su cabello castaño desprolijo en todas direcciones, cosa que me causó ternura, me despedí de Min y luego me acerqué a Changbin para envolverlo en un abrazo que el correspondió al instante.

- Buenos días, grandote- el sonrió contra mi cuello y me dio alivio que no estuviera igual que la noche anterior

- Buen día, Lixie-

Al vernos a los ojos supe que ambos habíamos acordado vibrar en la misma sintonía, sus ojos zafiro me dejaban saber lo mucho que yo le importaba y yo esperaba estar dando el mismo mensaje, porque no me atrevía a decirle lo que en verdad sentía.

Because that's how it wasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora