Capítulo 50

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Jiang estaba molesta desde hace un par de días, lloraba mucho por las noches y se quejaba demasiado, la fiebre venía a ella de manera imprevista y su piel se enrojecía mucho.

Decidí llevarla al doctor y meterla en confinamiento, les avisaría a los Seo qué no podrían venir hasta nuevo aviso y solo yo cuidaría a Jiang aparte de mi madre.

- El doctor dijo que solo es un resfriado y una alergia al polen, pero me parece demasiado, madre - negué meciendo a mi hija que no paraba de sollozar

- Lo sé, hijo, pero ya verás que Cuidándola bien se recuperará pronto - mamá se acercó y extendió sus brazos- Ve a ducharte y yo la cuidaré por mientras -

Agradecí y me fui al baño de inmediato, Jiang no había permitido que me diera una ducha en todo el día y esta vez no había tenido ayuda, Minho y Seungmin estaban en un viaje de negocios y mis padres habían ido a la empresa todo el día, Bo-ra estaba en un viaje en Londres y no vendría hasta dentro de una semana, solo era yo y Jiang. Eran en estos días donde me hacía falta Changbin y donde me sentía solo.

Mientras me duchaba y restregaba mi cuerpo, recordé los días donde era a mí a quien mimaban, cuando Bin se metía a la ducha y me maseajaba todo el cuerpo hasta estar satisfecho. Sollozé y me sentí inútil por estarlo extrañando tanto, pero ahora no había vuelta atrás, solo me quedaba aferrarme a mi hija y dejar ir el pasado.

Mis pezones empezaron a escurrir leche y el grito de Jiang se intensificó en el cuarto, suspiré apartando mis lágrimas y terminé de enjaguarme. Mi dolor tenía que se apartado, mi hija me necesitaba.

Salí envuelto en una bata y tomé a mi hija en brazos, mamá pareció aliviada cuando dejó el biberón qué intentaba darle sobre la mesita de noche. Jiang pareció contenta con mi piel helada y húmeda, su mejilla estaba caliente y sus ojitos zafiro estaban llenos de lágrimas que no había soltado.

Tomé asiento contra el respaldar de la cama y suspiré pegando mi cabeza a la misma, mi cabello goteaba agua y mamá se encargó de pasarme una toalla por el mismo para secarlo.

- Es toda una caprichosa - mamá rió viendo que Jiang ya tenía sus ojitos cerrados y soltaba suspiritos satisfechos

- Solo es porque está enferma, porque es un angelito - reí sabiendo que no era cierto, mientras pasaba mi nariz por su mejilla caliente

- Si tu lo dices - mamá negó dejando la toalla de lado - Iré a traerte un té y tal vez puedas descansar un poco - asentí a punto de quedarme dormido

Escuché sus pasos alejarse y la puerta ser cerrada, quise mantenerme despierto pero solo nos acomodé en la cama y me quedé dormido con la mano de Jiang apretando mi dedo.




La pequeña Jiang Lee

La pequeña Jiang Lee

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