2. Primera vista

126 17 0
                                    

A pesar de rechazar mi naturaleza había algo que me gustaba y eso eran los colores de la primavera, los múltiples colores en las flores y hojas sin igual, como los olores y el viento ondeando por ahí. Aunque odiaba admitirlo, amaba lo que significaba para mí la primavera, un nuevo comienzo, un nuevo ciclo  y un nuevo ser. Todo eso era la primavera, algo que a la vez odiaba ya que era lo contrario a mi, yo solo era una pobre alma condenada a una tarea designada mucho antes de nacer.

🌿🔥

–Déjame ver si entendí, tienes más de 10 ofertas para tus practicas y no has aceptado ninguna, amigo ¿te encuentras bien?

Preguntó un chico más alto, provocando que Quackity suspirara dejando caer su bandeja de comida sentándose junto a Spreen y su amigo Misa.

–Si, ¿algún problema? Te recuerdo que tu debes recuperarte de este periodo.

Misa negó.

–Me haces ver como si fuera un burro irresponsable.

–Misa también la asistencia cuenta.

–El pato tiene un punto–comentó Spreen– siempre vos desaparece de la nada.

–Ya les dije tengo trabajo.

–¿Y tu jefe explotador está al tanto de tus horarios? Creí que te dejaban estudiar y trabajar al mismo tiempo.

–Lo está gracias por la preocupación, pero estamos trabajando en algo grande, no estás hablando de mí, estamos hablando de ti Quackity.

El nombrado rodó los ojos.

–¿De qué hablamos? –llegó Roier uniéndose a la conversación feliz junto a Mariana.

–Sobre las pasantías Capo.

–Ah, hablamos de Quackity.

–Roier cierra el osico, ya les dije que no he rechazado ninguna es solo…

–Solo que el mama huevo se cree mejor que todos eh –intervino Mariana– solo elige una puta opción y deja el resto a los demás, mierda.

–¿Acaso finalmente decidiste graduarte pendejo?

Roier comenzó a reírse, al ver como ambos comenzaban a pelearse, Missa suspiro negando y Spreen decidió ignorarlo comiendo.

Al final aquel periodo corto de tiempo juntos terminó, Spreen debía ir como los demás a sus respectivas clases comenzando a despedirses.

–No tienes nada de que apenarse Quackity, si en serio al final no te decides por ninguna podría comentarle a mi jefe de ti.

–¿Tu crees que tu jefecito quiera a alguien como él? –se burló Roier, ganándose una mirada molesta del chico.

–Mi jefe siempre cree en las segundas oportunidades, además le pienso hablar bien.

–Gracias Missa, lo tendré en cuenta.

Le dedicó una ligera sonrisa, despidiéndose de su amigo, quedando solo Roier y el chico, este suspiro algo cansado de continuamente escuchar las quejas de sus amigos, sabía que estaban preocupados por él, pero no había mucho que podía hacer al conocer la verdad de su caso, solo Spreen podía entenderlo, él y…

–Es por tu papá, ¿no es así? –pregunto el castaño ganándose la atención del joven, quien asintió– Quackity se supone que ibas…

–Se supone que terminando el año debo de volver a casa contigo. Papá cree que se habrá terminando mi capricho y que todo volverá a la normalidad, todo será perfecto –se apartó bajando su mirada mientras se abrazaba a sí mismo como si se protegiera.

Pomegranates and bonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora