11. Dios de la primavera

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El festival era el día aquella noche y todos lucían estresados en el inframundo, incluso Cellbit que usualmente estaría tranquilo se notaba que no había podido descansar. Quackity incluso dejó de pasar tiempo con Luzu, claro que al inicio le daba lo mismo, pero aquellos últimos días había sido una gran compañía, siempre tenían algo de qué hablar y era interesante escuchar al castaño.

Incluso tuvo tiempo de convivir con los otros jueces, pasando tiempo con Missa en el inframundo y Bagi con las almas, aquellas almas que se acercaban debido a la luz que irradiaba, gracias a la naturaleza de su madre, ciertamente llegó a encariñarse sobre todo con la de niños. A palabra de Hades, saber que las flores que adornaban el inframundo solo eran una simple decoración falsa hecha por su magia le partía el corazón, ya que no olían como una y podía tocarlas sin riesgo a que se marchitaran, dando señal que solo eran un engaño para poder adornar aquel reino.

Por eso aquellos días en las que paso con Philza, conociendo a otro de los dioses llamado Badboy, ambos le habían mostrado que significaba en un sentido más profundo en nivel humano lo que era un dios. No usaban sus poderes egoístamente como los dioses Olímpicos, ayudaban a otros claro que con un módico precio, pero era comprensible. Gracias a eso, había surgido en él tantas preguntas que nunca se puso a pensar.

¿Qué era lo que en verdad significa ser un Dios?

Philza continuó enseñándole a controlar su magia, en aquel tiempo juntos, junto a Badboy. Lo que Démeter no deseaba que aprendiera, lo empezó con aquella magia oscura.

–¿Quieres hacer algo para el festival?

El chico asintió aquella mañana.

–El festival es hoy.

–Lo sé, por eso creo que vamos contra tiempo, soy el invitado especial de Hades. Al menos quisiera que su hospitalidad en este tiempo sea agradecida.

–No tienes que hacerlo –comentó Bad tranquilo–Luzu no lo hace por ningún motivo, de hecho nadie te trata bien solo por ser el invitado del Rey.

–Y se los agradezco, en verdad nunca creí que aparte de Artemisa o Hermes, habría dioses que respetara tanto. Y las almas del inframundo añoran ese recuerdo de una vida, incluso los nacidos del inframundo no conocen bien lo que es ver una flor.

–¿Entonces estás sugiriendo crear una planta en el inframundo? –pregunto Badboy– El lugar que no puede crear, ni mantener vida.

–Eso es porque no tienen a un dios luz, ni que su especialidad sea crear vida.

–Démeter odia a Luzu, Hera de vez en cuando viene…

–Bad, Quackity habla en serio.

–No es que quiera menospreciar tu intención Quackity. Pero apenas puedes germinar algo de tus manos sin lastimarte.

–Gracias Bad, eres un gran amigo.

Philza sonrió al notar la molestia del chico.

–Tal vez podamos hacer algo al respecto, dejarás impresionado a todo el inframundo, incluyendo a Hades, sígueme.

🌿🔥

El festival de las almas viejas era igual de antiguo que las celebraciones del Olimpo, no era conocido por los dioses ajenos a la muerte. Pero para Hermes y Hera siempre habría un lugar, esta vez era mucho más diferente, el inframundo se había vestido de su mejor aspecto, acompañado de joyas preciosas, no había ningún punto que no estuviera adornado.

El motivo del festival era agradecer la buena vida vivía en el plano terrenal, su tránsito en el inframundo, para elevar a las almas libres de cualquier pecado o castigo a un nuevo futuro. Hades se enorgullece de darle un poco de alivio a aquellas almas que pasaron por tanto y disfrutaron.

Pomegranates and bonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora