14. Complicación

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–Debiste darle un chingadazo a ese pendejo.

Se quejó Roier limpiando el rostro de su amigo, quien suspiro.

–Iba a hacerlo, pero Cellbit me detuvo.

Roier miro molesto al juez, quien bajó su cabeza como si lo hubieran regañado.

–Todo pendejo también, unos chingadazos es lo que ocupa ese wey.

Luzu suspiro, entendía la razón de su molestia, incluso noto como Missa también estaba más callado de lo normal, señal que también estaba molesto.

–Apoyo a Roier, Auron me cae mal, pero eso de lastimar a Quackity.

–Lo detuve porque no quería que hiciera algo más grande –informó Cellbit–Lamento mucho no haber estado presente antes.

–Yo soy el que debería disculparse –Luzu miro al chico– Auron vino a verme, exigiendo saber de ti y estaba molesto porque no le dije nada. No debía tratarte así, pero Cellbit hizo bien en meterse.

–Pero su majestad…

–Los poderes de Quackity son inestables, fácilmente pudo haber maldecido a Auron, eso querías evitar ¿no Cellbit?

El juez asintió.

–Una maldición de ese grado hubiera traído consecuencias –informó Bagi– Lo que menos queremos es que el Olimpo venga hasta aquí.

–Gracias Cellbit, por preocuparte tanto por mi.

Agradeció el dios, mientras el contrario asentía, Luzu se quedó en silencio mirando aquella escena.

–Podrían dejarme con Quackity a solas, creo que debemos hablar del asunto.

Roier y Missa no estaban tan convencidos, pero finalmente la ninfa confiaba en aquel hombre por lo que los tres se retiraron. El chico evito mirar al dios, sintiéndose incomodo por lo sucedido, más aun al no poder dejar de pensar en aquella ninfa que le había hecho daño y sus palabras.

–Quacks…

–¿Por qué dejas que ese pendejo trate de esa manera a Cellbit y los otros?

Cortó, mirando molesto al mayor, quien suspiro.

–No es así…

–¿No lo es? ¿Estás seguro? Ese pendejo trata a tus jueces como si fueran sus malditos sirvientes, le ordenó a Cellbit en tu nombre sacarme y prohibirme la entrada. Cuando me lo encontré por primera vez, me dio órdenes de forma tan déspota como si fuera un dios o tu…

Se detuvo apretando sus labios.

–¿Piensas hacerlo reina?

Aquello sorprendió a Luzu, notando un rastro de tristeza en sus palabras.

–¿Te vas a casar con él, Lusu? –se dio cuenta de su pregunta apartando la mirada avergonzada– Quiero decir, no me importa con quien te relaciones o te casas, estoy preocupado por…

Se quedó en silencio al ver como el mayor se acercó con rapidez abrazándolo, sorprendido de sentir aquello, mientras lentamente correspondía dicho abrazo sintiéndose mucho mejor, sabía que era incorrecto sentirse bien con aquel dios, pero la calidez y la forma delicada que lo trataba hacían que bajara la guardia.

–Lusu…

–Yo no voy a casarme con Auron… –susurro sin apartarse de aquel contacto– Así que no insinues eso, no tu…

–¿Por qué?

El mayor se alejó, tomando su mejilla con su mano luciendo triste, nunca antes Quackity pensó que el dios más temido pudiera expresar aquello y le hacía sentir mal.

Pomegranates and bonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora