10. Ser un dios

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–¿Cómo es posible que el culero de Quackity consiguiera una mejor oferta con el puto jefe de Missa y yo no?

Se quejó Mariana.

–Cuidadito Mariana, ten más respeto por mi jefecito.

–Ya sabemos que estás enamorado de tu jefe Missa, ya sacate el pene de la boca. Es que como es posible que el mierdon indeciso tenga un puesto.

–Ya te lo dije, Missa me ayudó.

–Ayúdame mierda.

–No puedo, el jefecito vio las habilidades de Quackity y me pidió que se lo llevara a Cellbit.

–¿Cellbit?

–Es la mano derecha del jefe –contestó el del beanie–Ánimo Mariana, yo creo que pronto encontrarás una buena oferta.

–Mi familia sigue presionando mien.

–Es verdad que tus dos hermanos ya están casados y con familia.

–¿Qué no eras muy popular en tu área? Yo creía que todos te adoran y te chupan los pies –se burló Quackity.

–Ese es el problema contigo, todos me quieren a diferencia de ti que huyes, pero simplemente se apartan. Si no fuera por ustedes mierdones me sentiría muy solo.

Tanto Missa como Quackity asintieron.

–Tranquilo Mariana, le preguntare a Cellbit si tiene alguna posibilidad de ser conserje.

–No seas culero Missa. Solo espero que mis padres no me obliguen a casarme después.

–Que terrible suena eso, mi papá jamás se atrevería a tanto… de hecho creo que hasta quiere que muera solo –comentó el más bajo.

–Quackity, tu te verías muy bello con hijos.

–Verdad que si mi amor, hagamos unos.

–Par de jotos, vayan a esparcir su amor al otro lado.

–¿Ahora por qué están molestando a Osvaldo?

–Boiler, este par de jotos solo se burlan de mi.

–Hey, yo no te estoy tirando mierda es el Missa.

–Traicionado.

Roier nego sentándose.

–¿Cómo está eso que el Quackity ya tiene prácticas? Y el mierda en el lugar más top de la ciudad.

–Ya te enteraste.

–Nadie para de hablar de eso.

–Es que no te pones las pilas mijo, aprende.

Aquella plática continuó, mientras Quackity sonreía disfrutando aquel tiempo con sus amigos. El trabajo era ciertamente demandante, Cellbit era un buen supervisor para el chico y tal como había mencionado no había ningún trato especial a su persona, se mantenía ocupado recopilando la información que necesitaba para su proyecto, hablando de cómo dicha empresa podría influir en la sociedad de forma legal y positiva.

–Quackity.

Alzó su vista sorprendiendose de encontrarse con Bagi.

–Buenas tardes, señorita Bagi.

–con Bagi basta –le dedicó una sonrisa– El jefe quiere verte.

–¿Está en su oficina?

–No, sígueme iremos a la residencia.

Asintió dejando sus documentos ordenados, la chica lo guió hasta la primera puerta que se usaba para descanso, tocando dos veces y abrir mostrando aquel lujoso pasillo oscuro del castillo de Hades. El chico entró seguido de ella cerrando aquella puerta, para continuar su camino.

Pomegranates and bonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora