19. Amenaza

140 24 6
                                    

–Luzu debemos hablar.

Este suspiro al notar como Auron aparecía, siendo seguido por Cellbit y Bagi.

–Si debemos, déjenos solos.

Ambos asintieron, cuando el castaño miró al contrario.

–Siéntate.

–No lo haré, no cuando toda la gente solo se burla de mí. Creo que esta broma de mal gusto ha llegado demasiado lejos.

–¿A qué broma te refieres?

–A tu supuesto matrimonio con ese mocoso, ¿cómo es posible que ahora todos crean esto? cuando tu...

–Auron, lamento que te tengas que enterar de esta manera, pero la verdad es que yo si pienso cansarme con...

–Mientes –le miró asustado.

–Auron...

–Dime que es mentira, dime que todo esto solo lo estas haciendo contra tu voluntad.

–Auron lo lamento, yo en verdad...

–Tu no amas a ese chico, solo sientes pena por él.

–Lo que yo sienta o no, eso no es de tu incumbencia. En verdad pensaba en decírtelo, si estas molesto esta bien, pero no estés molesto con él. Esto no es culpa suya, yo fui quien pidió su mano.

Auron miro al suelo sintiéndose humillado, por haber sido reemplazado así de fácil.

–¿En verdad crees que él llegará a amarte?

Soltó de la nada encarando a su ahora ex pareja.

–Auron por favor.

–Escúchame bien Luzu, ese niño sólo te romperá el corazón. Y te lo mereces, sabes por qué. Porque no hay nadie en el mundo que sea capaz de amarte.

Hades se tenso, mirando fijamente a este.

–Nadie quiere estar contigo porque eres Hades el rey y dios de la muerte, tu solamente cargas con eso. Nadie es tan loco para amarte Luzu, ni siquiera ese niño. Si es que está contigo o al menos finge quererte es simplemente por miedo o por beneficio, solo recuerda mis palabras, nadie te ama. ¿Quién estaría tan loco para amar a alguien como tu?

Se fue dejando al dios solo, se sintió ciertamente herido, pero sus palabras en si eran ciertas, todo aquellos dioses que le rechazaban solo por ser lo que era e incluso mortales en su tiempo mirándome con temor. Es por eso que Hades se había aislado de todos, tan solo confiando en los pocos como Philza o Bad, quienes habían demostrado que no les importaba para nada su naturaleza.

–Señor.

Cellbit noto a su dios triste.

–Iremos a ver a Quackity, debemos decirle lo del juicio cuanto antes.

El juez asintió mirando a Bagi preocupado.

En el camino no hubo palabra alguna, tan solo el sombrío ambiente de aquel dios, hasta llegar a aquellos departamentos donde bajaron, siendo recibidos por Roier, quien se mostró animado de ver a ambos.

–Majestad, juez.

–¿Está Quacks?

–Si, está dentro con Carre, le diré...

–No, quisiera que fuera sorpresa –comentó el mayor, recordando las palabras de Auron, lo que menos quería era un rechazo de aquel joven.

Por su parte Roier asintió, dejándolos pasar mientras se mostraba extrañado, ya que aquel hombre lucía algo apagado, se acercó hasta cellbit.

Pomegranates and bonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora