La noche ya había caído, ambos hombres se encontraban bañados por la luz de la luna que se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, Jungkook y Taehyung estaban en su santuario personal: la casa que habían construido juntos. La habitación estaba impregnada de una tranquilidad casi tangible, rota solo por el suave murmullo de sus voces y el ocasional canto de los grillos en el exterior.
Taehyung yacía cómodamente en la cama, su figura delicada contrastaba con la robustez de Jungkook, quien acariciaba con ternura su cabello castaño. Cada trazo de sus dedos era un gesto de amor y gratitud por el camino que habían recorrido juntos. Sus miradas se encontraban, no en el presente, sino en el pasado, recordando cómo habían llegado hasta allí.
Dos meses atrás, cuando la casa aún estaba en construcción, habían imaginado cómo sería su vida juntos en ese lugar. Ahora, cada detalle, cada viga y cada pared, era testigo silencioso de su amor y dedicación el uno al otro. La casa no era solo un hogar, era un símbolo de su unión, un refugio donde podían ser ellos mismos sin reservas ni juicios.
Mientras observaban en silencio, el amor que compartían parecía llenar la habitación, creando una atmósfera mágica y envolvente. En ese momento, no había palabras necesarias. Sus corazones hablaban un lenguaje silencioso pero poderoso, que transmitía más que cualquier conversación podría hacerlo. Era un momento de pura conexión, donde el tiempo parecía detenerse y solo existían ellos dos y su amor eterno.
En el reino, cada año en el mes de mayo, se aperturaba la feria con el fin de recaudar fondos para la cosecha. Era un evento esperado con ansias por los habitantes del reino, ya que no solo significaba diversión y entretenimiento, sino también la oportunidad de contribuir al bienestar de todos. Los campesinos y comerciantes se preparaban durante semanas, trayendo sus mejores productos y mercancías para vender en los puestos de la feria. Los artesanos mostraban sus habilidades en la creación de artículos únicos y hermosos, mientras que los agricultores exhibían los frutos de su trabajo en forma de deliciosas frutas y verduras frescas. La feria era un lugar de encuentro para todos, donde las familias podían disfrutar de juegos, espectáculos y comida, al mismo tiempo que colaboraban para asegurar una buena cosecha para el reino.
Taehyung, con una chispa de emoción en sus ojos, no podía contener su entusiasmo al hablar sobre el evento que se celebraría en dos semanas en el pintoresco pueblo.
- ¡Jungkook, este año la feria será más grandiosa que nunca! - exclamó Taehyung, con un brillo de anticipación en su mirada. - Imagínate, magos que desafían la lógica con sus trucos asombrosos, un circo lleno de maravillas y diversión para todas las edades, y una inmensa variedad de postres exquisitos que harán que se te haga agua la boca solo de pensarlo. ¡No puedo esperar para probar cada delicia!
Jungkook escuchaba con atención cada palabra emocionada de Taehyung sobre la feria, sintiéndose feliz y triste a la vez. A pesar de la alegría que le transmitía la emoción de su amado, Jungkook sabía que no podía acompañarlo debido a las restricciones que aún lo mantenían alejado del público. Hasta su cumpleaños número 21, estaba prohibido para él salir del palacio y revelar su identidad como príncipe heredero, un secreto que Taehyung desconocía por completo.
ESTÁS LEYENDO
UN REY Y UN PRINCIPE
Teen FictionLo único que sabían era que se amaban con todo su corazón, aun cuando el mundo los condenara por eso. Un amor puro y sincero en medio de tanta oscuridad, en una ciudad en donde amarse era pecado ... donde era su propia destrucción. El tendrá que el...