Capítulo 24: ¿Un par de secretos más?

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Todos estaban reunidos en el salón del trono, a la espera de la presencia del emperador y la emperatriz Kim

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Todos estaban reunidos en el salón del trono, a la espera de la presencia del emperador y la emperatriz Kim. Solo faltaba Mimi, pero nadie se sorprendía, pues su llegada solía ser impredecible. Mientras tanto, Jin, el heredero, aprovechaba para ponerse al día con su hermano Namjoon, así como con Jungkook, Hoseok, Jackson y Yoongi, quienes eran los únicos presentes en ese momento.

La conversación giraba alrededor de los últimos sucesos, especialmente, sobre Taehyung, quien seguía en una situación delicada. Antes de que pudieran profundizar más, Jin, aún sin saber quién era Jungkook en realidad, se dirigió a él con sinceridad:

- Después de esta reunión, ayudaremos a Taehyung - le dijo, con una mirada seria pero comprensiva.

Jungkook, sintiendo un profundo agradecimiento, asintió, aunque el peso de la responsabilidad y la preocupación aún cargaban en su pecho. Sabía que necesitaba toda la ayuda posible para proteger a Taehyung, y cualquier apoyo era más que bienvenido.

De repente, las imponentes puertas del salón se abrieron, anunciando la llegada del emperador Kim Hyun-So y la emperatriz. Todos se levantaron de inmediato, realizando una reverencia en señal de respeto hacia los monarcas. La atmósfera cambió al instante, y la formalidad llenó cada rincón de la sala.

El emperador y su esposa caminaron con calma hasta ocupar sus respectivos tronos, sus rostros serenos pero cargados de autoridad. En cuanto ambos se acomodaron, Namjoon fue el primero en adelantarse. Con pasos seguros, se acercó a su tío, el emperador, y lo saludó con la debida formalidad, tal como era costumbre en la corte. Después, con una leve inclinación, se dirigió hacia su madre, la emperatriz.

Namjoon, al verla más de cerca, pudo notar el cansancio en sus ojos, el peso de las preocupaciones que había acumulado en su ausencia. Sin pensarlo dos veces, la abrazó con firmeza, intentando transmitirle algo de la tranquilidad que ella tanto necesitaba. La conocía bien, y sabía que durante todo el tiempo que él y su hermano habían estado lejos, su mente no había descansado ni un segundo.

- Estoy de vuelta, madre - le susurró Namjoon, intentando aliviar un poco de la carga que ella llevaba.

La emperatriz, aunque fuerte de apariencia, no pudo evitar un suspiro de alivio ante el contacto de su hijo, uno de los pocos momentos de consuelo en medio del caos que vivían. Sabía que quedaban decisiones difíciles por delante, pero, por ahora, solo se sentía agradecida de tener a su hijo de regreso a salvo.

Después de los saludos y las formalidades que debían seguirse entre los Kim, el emperador fue el primero en romper el silencio. Con su tono grave pero cálido, miró a todos los presentes antes de empezar a hablar.

- Sé más o menos la razón detrás de esta visita repentina - comenzó, acomodándose en su trono - Y antes de continuar, me disculpo por el inconveniente con la seguridad en la entrada. Entiendo que fue inesperado y probablemente incómodo, pero tras el último ataque que sufrimos por parte del norte, hemos reforzado las medidas para proteger nuestras tierras de cualquier desconocido. Nuevamente, lamento las molestias.

UN REY Y UN PRINCIPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora