Capítulo 02.

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La música sonaba fuertemente, había demasiada gente en mi casa, rompiendo las cosas, bailando, tocandose, besandose... y vomitando por el efecto del alcohol.

-¡_______!

-¿Qué pasa Margo?

Margo me miro y anspiro una bocanada de aire.

-Tendremos que limpiar la casa antes de que Clarine venga mañana... ella puede decirle a nuestros padres.

Asentí bebiendo la lata de cerveza que tenía en la mano, Clarine, es la empleada que nuestros padres contrataron para que nos ayudarán con las cosas de la casa, la conocen, y hacen que Clarine les cuente absolutamente todo.

-Hola preciosa.
Sentí unos brazos rodearme la cintura. Temblé.

Siempre me pongo nerviosa cuando tocan la cintura, es algo común en mí.

-Hola Ed.
Salude dándole un pequeño beso en el mentón.

Alguien paso por mi mente.
Ross Lynch...
No podré lograr acosarme con Ross si Ed está a mi lado todo el tiempo.

Me zafe de su agarre, le di un beso en los labios, susurre un ya vuelvo y me aleje rápidamente.

La casa era muy grande, y había mucha gente, por lo que probablemente Ed no me encontraría. Me dirigí a la cocina, abrí la nevera y saqué otra lata de cerveza.

Había gente por todas partes... en el patio, en la piscina, en el garaje, en la cocina, y espero que no haya gente en el sótano ya que no pienso bajar allí para limpiar.

Salí de la cocina moviéndome al ritmo de una canción de David Guetta Bad.

Mis ojos se dieron cuenta que un chico con una hermosa melena de color Rubio platinado entraba por la puerta algo extrañado y asustado. Sonreí.

Sin pensarlo dos veces, corrí por los escalones para dirigirme a mi habitación, abrí la puerta, por suerte estaba vacía y no habían personas allí, arregle un poco mi cama y recogí la ropa que había lanzado esta tarde porque no sabía que ponerme.

Salí de mi habitación no sin antes cerrar la puerta, baje los escalones corriendo y me dirigí hasta Ross, quien miraba a todas partes.

Estaba vestido con una chaqueta de cuero negra, unos jeans ajustados y rasgados y unas converse.

Lo único que tenía que arreglar eran sus lentes y su peinado.

-Hola Ross
Salude animosamente dándole un beso en la comisura.

Sus labios se veían realmente deliciosos... mhn...

-Hola... Dios, ¿Acaso invitaste a toda la escuela más a los universitarios?

Me reí.
Margo lo había hecho, yo no.
Podía permite que toda la escuela estuviese en mi casa... pero los universitarios son una pesadilla, se emborrachan, vomitan y se quedan dormidos por algún rincón.

-Algo así -Respondí mordiéndome el labio inferior-. Hey, son las 9:40pm, aún es temprano... ¿bailas?

Extendí mi mano, Ross sonrió tímidamente y tomó mi mano.

*

-Mhn... si... Dios... ah...

-¡Mierda!
Exclame tapándome la boca con mis dos manos, cerré la puerta de inmediato.

-¿Quienes eran ellos?
Pregunto Ross confundido.

-¡No lo se, pero no quiero que follé en mi habitación!

Me queje volviendo a abrir la puerta de mi habitación, entré con Ross a mi lado quien observaba la escena atónito.

-¡¡Larguense de mi habitación!!
Grite histerica.

La chica rubia y el chico pelirojo, tomaron sus prendas rápidamente y se cubrieron.

-¿¡Que mierda te pasa!? ¡No entres sin tocar!

Me volvió a gritar la rubia descerebrada. Reí interiormente

-¡Es mi habitación y puedo entrar cuando y como se me de la gana, perra teñida!

La chica me miro completamente avergonzaba y se fue con el chico hacia alguna parte. Seguramente a otra habitación.

Mire la cama asqueada...

-Tendrás que cambiar las sábanas.
Me reí por el comentario de Ross.

Lance un quejido por lo bajo.
Joder, ¿Ahora dónde follaré con Ross?

Sacudí mi cabeza.
NO, hoy no follar con Ross.
Hoy me ganaría su confianza...
Y luego de un tiempo será completamente mío. Al menos eso espero.

-Ross, ¿me cuentas algo sobre ti? -Me miro confuso-. Me gustaría es tu amiga y bueno... tenemos que conocernos.

Ross sonrió tímidamente y asintió.

-Bueno pues... soy de Littleton Colorado... tengo 5 hermanos, Riker, Rydel, Rocky, yo y Ryland.

Sonreí.
Me senté en mi cama.

-Yo no tengo hermanos... cuando yo tenía 5 años, mamá me dijo que iba a tener una hermanita, pero luego no me volvió a decir nada más sobre ella... supongo que la perdió.

Hice una mueca.

-Lo.. lo lamento.

-Descuida.

Sonreí mirándolo a los ojos.
La verdad es que sus ojos tenían un hermoso color miel, eran realmente bellos.

-Y dime... -Me adelante-. ¿Eres... virgen?

Ya sabía que si era virgen, pero quería ver como reaccionaba.
Ross se tensó notoriamente y suspiro.
Contuve mi risita.

-Si... -Susurro cabizbajo, me mordí el labio inferior.

Realmente quería ver como se sentía follar con un virgen.

-¿Y tu?

Me pregunto.

-No, no lo soy -Respondí a su pregunta acercándome a él-. ¿En serio no eres virgen? Eres muy guapo.

Ross se ruborizo de inmediato.
Enrede el cabello de su nuca en dos de mis dedos y tire de el suavemente.

-Nunca lo he hecho con nadie... Es vergonzoso... pero es la verdad.

-Tranquilo -Hice que me mirara-. Toda la "vergüenza" de ser virgen se te acabará en unos días nene, y estoy segura que lo disfrutarás.

Le guiñe un ojo y me subí a su regazo rápidamente.

Enamorado del mal | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora