Capítulo 23.

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- 23 -

Limpie las lágrimas de mis mejillas y cerré mi última maleta, con mucho esfuerzo logre ponerla en el piso.

Exhalé.

-_______...

Voltee para ver a Margo.
Tenía los ojos ligeramente hinchados y rojos. Fruncí el ceño.

-¿Estas bien?

Margo negó con su cabeza mientras entraba y se sentaba en mi cama, me senté a su lado.

-¿Qué sucede?

Margo sollozo.
Estaba complemente pálida, como yo estaba al momento que me entere que yo misma había matado a Clara.

Por suerte, nadie sabe quién ha sido, los bomberos que la auxiliaron pensaron que yo también estaba herida ya que en ese momento me vieron llorando y gritando.

No sospechan de mí, y gracias a Dios, que en el estacionamiento de aquel centro comercial no había cámaras.

Pero sentía algo en el pecho, algo llamado culpa.

Abracé a Margo.
Sabía que quería desahogarse conmigo aunque realmente no tenía ni idea de porque estaba llorando.

Cerré mis ojos.
En 1 hora, Ross vendría por mi para irnos a Colorado. Y...

-He jodido toda mi vida.
Murmuró Margo apretando los dientes.

Fruncí el ceño.
Me arrodille en la piso delante de ella para poder mirarla.

-¿Puedes decirme de que estas hablando?

-Steve.. -Sollozo-. Estoy embarazada de Steve...

Abrí los ojos como platos y no tarde en ponerme pálida.

Mi cabeza estaba comenzando a doler, por lo que había llorando en la mañana y por el problema de ahora.

Si Margo estaba embarazada, eso quería decir que era el fin.

Sus padres de la llevarían a New York sí es que se enteran, debido a su mal comportamiento... aunque Steve la apoye, se la llevaría.

Me senté en el piso aún sin poder creerlo. Abrace mis piernas.

-¿Steve lo sabe?

-Quiero que me ayudes a decírselo... por favor...

Asentí rápidamente.
Toqué mi cabeza.

Para colmo Steve es uno de los chicos las imbéciles que conozco. No tiene reglas, folla a cualquier chica que se le cruce por la calle, es el amigo con derecho de Margo y consume marihuana.

Santa mierda...

-¿Como piensas decírselo a tus padres?

Me restregué los ojos,
Margo frunció sus hombros.

-Tal vez podría fugarme o...

-Sabes que eso no es lo correcto

La interrumpí sería.
Margo asintió haciendo una mueca.

-Tendré que volver a New York cuando le diga a mis padres... joder... me gritaran, estarán decepcionados.

Me levanté del piso y la abracé.

-Claro que no, Margo, tener un hijo realmente no es el fin, es una gran responsabilidad y tendrás que trabajar pero... pero yo te ayudaré al igual que tus padres... tal vez se decepcionen un poco pero cuando tengan a ese pequeñajo en sus brazos se les pasará.

La consolé sonriendo.
Margo me devolvió el gesto pero luego volvió a llorar.

-¿Será niña o niño?

-Creo que primero tenemos que decírselo a Steve -Margo asintió cabizbaja levantándose de mi cama-. ¿Te haz hecho el test de embarazo?

Nuevamente asintió.

-Tres veces, en las tres salio positivo.

Hice una mueca.

-Bueno... no importa... vamos a la casa de Steve...

Susurré algo insegura.

*

Cada segundo que pasaba Margo estaba más nerviosa. Y no dejaba de llorar.

Miré el reloj: 20 minutos para que Ross fuera por mí.

Tendríamos que hacer esto rápido.

-Es allí.

Dijo abriendo la puerta de su camioneta, al instante paré el coche antes de que se cayera o golpeará.

Me estacioné frente a su casa y baje de la camioneta de Margo. Fui a su lado. Suspiré.

-¿Enserio tengo que decírselo?

-Es lo mejor, tu hijo tiene que tener un apellido.

-Quisiera que Steve fuera como Ross -Fruncí el ceño-. Ross si te apoyaría si quedarás embarazada, en cambio no se ni siquiera si Steve lo hará.

*

La palma de Steve fue directamente a la mejilla de Margo. No dude ni un solo segundo en ponerme entre ellos.

-¿¡Qué mierda te pasa maldito infeliz!?

Le grité ardiendo de ira.
Steve me miro.

-¡Es una jodida perra! ¡Le dije que tomara pastillas!

Le di un enorme golpe en su miembro haciendo que cayera al piso. Me puse encima de él.

-¡No vuelvas a tocarla maldito hijo de puta!

Grité mirándolo con extremo odio.
Le di una sonora bofetada.

Mis manos se dirigieron a su cuello, aún sin poner presión en ellas.

-_______ -Susurró Margo llorando-. Por favor _______ no te metas en más problemas... por favor...

Sin darle importancia a sus palabras comencé a poner presión en mis manos.

-¡AYUDA!

Gritó él con dificultad.
Tragué saliva y aumente la presión de mis manos en su cuello.

***
¡Rayis NO!

Enamorado del mal | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora