Capítulo 18.

5.6K 405 48
                                    

- 18 -

Me cruzó de brazos mientras observo al chico rubio que se acerca a mi a pasos lentos, se sienta a mi lado, la palma de su mano acaricia suavemente mi mejilla.

No puedo evitar ponerme nerviosa.
Esquivo su mirada pero el vuelve a conectar nuestras miradas. Miré sus ojos, los más perfectos que he visto hasta ahora, mieles. Pero había algo especial en ellos.

-Por favor _______... recuérdame... tú no puedes olvidarme...

Susurra con los ojos llenándose de lágrimas. Cierro los ojos y trato de recordar, pero nada pasa por mi mente.
No recuerdo absolutamente nada.

-¿Cuál es tu nombre?
Preguntó tímida.

-Ross, Ross Lynch, éramos novios.
Me responde siguiente acariciando mi mejilla.

Frunzo el ceño nuevamente y gruño debido a que no recuerdo nada.

-¿Novios?

Pregunto extrañada.
Ross asiente, deja de acariciar mi mejilla y se acerca a mí con una increíble velocidad.

-Sí... peleamos hace poco... no sabes cuanto lamento haberte dicho todas esas cosas y...

Abro mis ojos a tope.
Mi cabeza empezó a doler realmente fuerte.
Emití un pequeño grito debido al dolor.

Los recuerdos vienen rápidamente a mi mente, pequeños e importantes recuerdos, toco mi frente algo mareada.
Mi frente está hirviendo en fuego.

Emito otro quejido.
Sujeto mi cabeza con mis dos manos, mierda, mierda.

-¿Qué sucede?
Oigo una voz algo rasposa delante de mí.

Quitó mis manos de mi cabeza y observo al doctor.

El doctor toca mi cabeza algo preocupado, inmediatamente me pone un termómetro en la boca.

Suspiró nerviosa.
Ni siquiera puedo hablar, siento que mi cabeza va a estallar en cenizas.

-Tranquila, respira profundamente _______.

Me quitó el termómetro y lo miro.
Alza las cejas, agarra un frasco de no se que y vierte el líquido en una pequeña gasa para luego ponérmelo en la frente.

El dolor de cabeza cada vez disminuye, pero voy sintiendo mareos. Suspiro y cierro los ojos tratando de no pensar en eso.

Pero no puedo si quiera pensar debido a que los recuerdos siguen llegando a mi mente, ni siquiera puedo ver con claridad lo que hay en frente mío.

*

-Bien -Me dice el doctor quitándome el termómetro una vez más-. Ya no tienes fiebre -Me mira con lentitud y continúa hablando-. Escúchame, despertaste de un coma, prácticamente te haz salvado de morir, es normal que las personas se alteren al momento de el despertar y olviden algunas cosas, se mareen, vomiten, y muchos cosas más -Suspira-. Según las placas que le hemos hecho a tu cerebro esta bien, y como me haz dicho hace unos minutos haz podido recordar todo, así que no estas en peligro, gracias a Dios.

Me quitó la venda que tengo en la cabeza algo frustrada.

-¡Quiero irme!
Grito molesta con algo de dolor en mi voz.

El doctor niega con su cabeza.

-Te quedarás aquí 1 día más tenemos que hacer más análisis para saber si estas completamente bien, o entras tanto puedes hablar con tus amigas o tu novio.

-Yo no tengo novio.

Me río sin darle importancia y miro hacia otro lado. Luego de unos cortos minutos el doctor deja pasar a Margo, quién se ve terrible.

Alzó una ceja cuando me abraza fuertemente mientras solloza.

-No sabes cuanto me asustaste... joder ______, no vuelvas a hacerme eso -Me vuelve a abrazar-. No sabes cuanto te extrañe, Lacey y yo estábamos muy preocupadas, si perdías la memoria Clarine iba a llamar a nuestros padres y todos iban a matarme.

Puse los ojos en blanco.
Me alejé de Margo algo incómoda.

-¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo? ¿Necesitas que...

-Estoy bien -Respondí cortante-. Solo quiero descansar.

-Vale, habláremos más tarde -Dijo Margo. Beso mi mejilla y se retiró de la habitación.

Cerré mis ojos dispuesta a descansar pero alguien entro a mi habitación. Gruñí frustrada y vi a Ross allí.

Varios sentimientos recorrieron mi cuerpo. Pero ninguno de ellos fue amor.

-Nena..
Murmuro para luego abrazarme.

Me alejé de inmediato.
No quería que me tocará.
Nuestra relación había acabado antes del accidente, el me había dicho lo que tenía que decirme, no teníamos porque volver a hablar. Haya incluso me dio una bofetada.

-Me alegra tanto que ya estés bien, no sabes cuanto me asuste cuando me enteré que podía perder al amor de mi vida.

Alcé las cejas incrédula.
Me recosté bien en la cama y suspiré, me cubrí con las sábanas blancas hasta la cabeza.

-¿No vas a darme ningún beso?

Me reí.
Me destape de inmediato y lo miré directamente a los ojos.

-Tu y yo ya no somos nada Ross, nosotros terminamos antes de mi accidente, bueno, tu terminaste conmigo, no quiero que me vuelvas a hablar Ross, tampoco quiero volver a verte -Suspiré-. ¡Me pegaste, me destruiste, me estrellé por tu jodida culpa!

Una lágrima corrió por la mejilla de Ross, me reí maliciosamente.

-¿Lloras? Creí que eras algo más fuerte -Pestañee un par de veces-. Lárgate Lynch, y por eso quiero referirme a que te largues de esta habitación y también de mi vida.

Ross camino hasta la puerta para salir de la habitación, pero antes de que pudiera girar la manija, dijo:

-No me importa lo que me digas ______, yo te amo, te amo como no tienes idea... Y por eso... juro que voy a hacer haya lo imposible para reconquistarte otra vez.

Y se fué.
Rodé los ojos y me dedique a volverme cubrir con las sábanas, sin darle importancia a sus estúpidas palabras.

***
Desde este capítulo se comienza a entender el título.

Rayita Mala en modo ON.

Enamorado del mal | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora