- 20 -

45 6 8
                                    

          JinHwan terminó sentándose sobre el suelo de roca, flexionando las rodillas y abrazándolas. Las lágrimas se habían secado en su rostro y el sol mostraba sus últimos destellos en un cielo mitad naranja y mitad azul oscuro con estrellas salpicadas en él.

      JunHoe había salido de la cabaña, sentándose en el primer escalón de la entrada sin perderlo de vista.
―La cena está lista ―le avisó Yasu, asomándose a la puerta.

      Junhoe asintió y se levantó, sacudiéndose el pantalón antes de aproximarse lentamente a su amigo. No quería asustarlo, por lo que estando a unos aproximados cinco metros de distancia llamó a su nombre con voz apacible.
―Jinan...

      JinHwan se limpió los mocos levantando su playera y pasó sus manos por sus ojos.

        JunHoe se sentó a su lado y el mayor posó su cabeza sobre el hombro del más alto quien lo rodeó con un brazo.
―Lo siento, por actuar de esta forma ―Jinhwan se apartó lo suficiente para mirar hacia arriba, encontrándose con los oscuros orbes ajenos ―es solo que, mi mente colapsó. No solo por lo de hoy, sino por todo el conjunto de cosas que me han estado pasando últimamente.

        JunHoe no necesitaba explicaciones al respecto, conocía a JinHwan desde hacía añares y el simple hecho de estar sin poder hacer nada lo desesperaba. Tenía que ocultarse de su familia, depender económicamente de Koo y aunque recientemente había recibido dinero de su madre, no era lo mismo puesto que todo seguía siendo de alguien más en lugar de suyo.

       Kim siempre había dicho que el trabajo dignificaba al hombre, sin embargo siendo Jinny no podía dar ni la mitad de su potencial y mucho menos hacer horario de oficina sin correr el riesgo de ser descubierto.

      Y sumado a todo eso, estaban todas las complicaciones del hechizo, el reciente embarazo y la difícil decisión entre sus manos. Cualquiera en su lugar tendría un colapso nervioso y JinHwan lo estaba afrontando de la mejor manera en comparación a cualquier otra persona.

       JunHoe reparó en lo rojos que estaban sus ojos de tanto llorar y sin previo aviso se inclinó ladeando la cabeza, acortando la distancia entre sus rostros, deteniéndose justo en el momento en el que sus labios rozaron los contrarios, lleno de dudas por su impulsivo acto.

        JinHwan levantó la mano, acariciando el rostro ajeno, palpando que todo fuera real y no se tratara solo de un sueño, así animando al contrario con ese simple acto, atrayendo el rostro ajeno sintiendo el contacto de aquellos temblorosos labios.

          JinHwan correspondió entreabriendo los labios y atrapando el carnoso labio inferior ajeno, entrenenido porque estuviera tan nervioso como la primera vez que se besaron cuando apenas eran unos adolescentes.

         JunHoe se sentía torpe, dejándose llevar por el ritmo que marcaban los suaves labios del más bajo. Mierda, ¿por qué eran tan suaves? No pudo resistirse las ganas de atrapar el labio inferior entre sus dientes tirando suavemente sin hacerle daño, sacando un ligero gemido de la garganta ajena.

        Se separaron, mirándose fijamente, JinHwan humedeció su labio inferior ante la atenta mirada ajena y Koo se lanzó con más entusiasmo sobre él, devorándole la boca con avidez.

        El gemido del más bajo lo tomó por sorpresa antes de que llevara ambas manos tras la cabeza del menor, enredando sus dedos en su cabello.

        No necesitaban palabras para aclarar lo que estaba sucediendo entre ellos, Jinhwan sabía lo que significaba perfectamente y cuando él correspondió, Koo también confirmó sus sentimientos.

         Cuando se separaron, se miraron directamente a los ojos con respiraciones aceleradas y sus corazones sincronizados golpeando con fuerza contra sus pechos.
―¿Desde cuándo? ―soltó Jinhwan en una especie de suspiro, con el rostro a escasos centímetros del otro.
―No sé, desde hace tiempo, solo que era demasiado despistado para notarlo.

Cinderella _ ||JunHwan|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora