18. Procrastinar

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No te quiero escribir para hablarte de mis sentimientos porque sé que eso para mí es mucho y a ti nadie te preparó para tanto; nadie te preparó para que te quisieran de verdad y yo, para tu desgracia, no sé querer de mentira.

Nadie te ha abrazado tan fuerte, y de eso estoy segura, nadie te ha hecho cafuné en el cabello hasta verte viajar seguro hasta tus sueños. Nadie nunca te enseñó a querer, y yo de que no me hayan querido aprendí como no debo hacerlo.

No pienso contarte que me he quedado con tu barbilla tras ese mordisco, porque de igual forma, no recordarás mi nombre cuando alguien más lo haga.

No quiero recoger las hebras de cabello que he perdido en tu cuarto, pues albergo la esperanza de que las veas y te acuerdes de que alguien te quiso con la piel.

Sé que no me debes nada, y nada te pido; no tengo nada que exigirle a unos ojos que me ven de a ratos. Yo sé que a la vida últimamente no le encuentras sentido, y aunque he querido darte del mío, mi pecho ha implosionado tus latidos.

Si se me hace difícil hablarlo, porque no sé si sabré sobrellevar el rechazo. Y esto no es un poema, ni siquiera, esto es para sentir que te dije lo que en el fondo si quiero...

Pero la cobardía me gana, me gana el miedo de que tengo la certeza de que no quieres nada y yo tengo los sentimientos todavía en la mano, me gana la impotencia de no saber transitar la ansiedad, de que cada vez que algo te aflige te olvidas de que existo.

Me gana el miedo de saltar y caerme que la esperanza de volar.

No quiero estar para lo bueno, quiero quedarme pero tus brazos no envuelven mi cuerpo para que me quede. No quiero volar aunque veo la jaula abierta... Me he acostumbrado a encerrarme un par de horas contigo hasta evadir mis responsabilidades.

No pienso mover un dedo más para que te des cuenta de nada, mi último intento se calcinó en tus manos y no lo viste, me he cansado de esperarte y que no llegues, me he cansado de salir a buscarte y no encontrarte... Aunque a veces, me llames.

De todos modos, ha sido un placer procrastinar y perder el tiempo contigo.

Desde el agua salada. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora