Nada me había roto más que cargar con la culpa de lo que sentía, rompí mi propio corazón cuando decidí aceptar aquello que no merecía y creí que el tiempo curaría todo pero cuando la habitación está oscura la noche transcurre más lento; pensé que se me ocurriría algún modo de incrustar en mi pecho el cuchillo más violento.
Y divisé los ojos de mi sombra en primer plano, pero no quería acercarme para capturarlo en detalles; despegaba la verde en el grinder y en la taza echaba humos el oscuro americano, tan vivo como pasacalle.
Porque el miedo nace con gente y muere en soledad, y el café más caliente se enfría si no hay quien lo disfrute de verdad.
Ingrata; malagradecida, traicioné mi propia compañía sin saber que la ausencia de terceros podía quizás calmar mi agonía; porque el sueño se vive es con el alma despierta y los gritos no se oyen en cámaras desiertas...
Para terminar, encendí dos cigarrillos y tuve que ver como el otro se consumía a la intemperie; mientras más triste es la historia, más larga se vuelve la serie.
N/A: actualizo por acá para aprovechar de contarles, a todos mis lectores y más aún, a mí gente de la Guaira.
De nuevo, hacemos historia. He publicado un nuevo libro en Físico, está disponible en Amazon.
Para el próximo mes, traeré algunas copias, y me gustaría saber si alguno está interesado en adquirirla para hacer cuenta del pedido.
De antemano, muchas gracias, «Roma: porque al revés y al derecho fuiste la misma ruina» ya está en físico.
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Desde el agua salada. ©
Poetry«Y como demasiada agua salada tiene el mar... Escribo desde el agua salada». Los mejores versos los escriben los corazones rotos, por eso los artistas nacen cuando algo se rompe en su interior; como las estrellas, estamos en el universo, pero tambié...