Bestialidad.
Solía callarme mis opiniones para validar las tuyas aunque estas estuviesen rotundamente equivocadas y tus conductas fueran las más cuestionables que hubiera experimentado, además de ignorar las banderas rojas que tenías incrustadas en la piel, en el alma y en los ojos; y por eso dañabas tanto, por eso quemabas tanto, porque tú infierno no era lo suficientemente bonito como para que yo quisiese quedarme a vivir en él, porque tus llamas calcinaban mis alas y me arrebataban la libertad que tanto amaba y a la que me había aferrado por tanto tiempo.
Entonces, justificaba tus fallas y me quise tan poco que llegué a pensar que lo merecía, que merecía entregarle mi vida a alguien y renunciar a todo lo que una vez quise, a cambio de un chocolate y un «yo también te amo» en las mañanas. Llegué a pensar que no merecía nada más que ser un complemento en la vida de alguien; el accesorio, que mi personaje no tenía oportunidad de ejercer un rol patagónico en la historia de la humanidad y que así, todos mis sueños terminarían rotos, más que mi pecho mismo
Mi entrega abnegada me hizo renunciar a mí, a mis sueños, a lo que quise... A mí voluntad, a mí capacidad de ser humana y volar, de hacer y decidir. Cambié mi piel por tela y las espinas de las rosas que me dabas dolían menos que las heridas que dejaban tus palabras.
Porque nunca supe soltar tanto, porque fui tan leal que me costaba abandonar a la gente que amaba, aunque el costo fuera tener que abandonarme a mí. Te di todo mis colores, hasta que ya no tuve para mí y me tocó ser la nube gris del cielo, hasta que me robé el protagonismo y esta vez, convertí una película caótica en una bestialidad de obra cinematográfica con el mejor giro de trama que alguna vez alguien hubiese podido apreciar.
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Desde el agua salada. ©
Poetry«Y como demasiada agua salada tiene el mar... Escribo desde el agua salada». Los mejores versos los escriben los corazones rotos, por eso los artistas nacen cuando algo se rompe en su interior; como las estrellas, estamos en el universo, pero tambié...