Capítulo 1 //1⁰ año//

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Hogwarts

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Tenía que estudiar los cielos nocturnos con su telescopio, cada miércoles a medianoche, y aprender los nombres de las diferentes estrellas y los movimientos de los planetas, aún que eso era sencillo para Pansy.

Tres veces por semana iba a los
invernaderos de detrás del castillo a estudiar Herbología, con la profesora Sprout, y aprendía a cuidar de todas las plantas extrañas y hongos y a descubrir para qué debían utilizarlas.

Aún que pensó que exageraban en los libros, resulto ser Historia de la Magia la clase más aburrida, incluso le dió tiempo de leerse tres veces el libro de Historia de la Magia.

La clase de Encantamientos era dictada por el profesor Flitwick, a Pansy le encantó la clase y además le hacía gracia la estatura del profesor, pero no se rió ya que no quería que le bajaran puntos, pero hubo alguien de Slytherin que se rió y le quitaron cinco puntos.

La profesora McGonagall es estricta e inteligente, les habló en el primer momento en que se
sentaron, el día de su primera clase.

-Transformaciones es una de las magias más complejas y peligrosas que aprenderéis en Hogwarts -dijo-. Cualquiera que pierda el tiempo en mi clase tendrá que irse y no podrá volver. Ya estáis prevenidos.

Y transformó un escritorio en un cerdo y luego le devolvió su forma original.

Después de hacer una cantidad de anotaciones, les dio a cada uno una cerilla para que intentaran convertirla en una aguja. Al final de la clase, solo Pansy había logrado convertir la cerilla en una aguja al primer intento.

Pansy echó al carajo los planes que tenía de no llamar la atención, pero vio como un chico de Revenclaw se burlaba de que los de Slytherin no lograban si quiera hacer que la aguja brille, y con furia convirtió la cerilla en aguja en el primer intento.

Y con una sonrisa arrogante levantó la cerilla y se la mostró al chico Revenclaw que se sonrojó y desvió la mirada hacia su cerilla. La profesora McGonagall le regaló diez puntos por ser la primera en convertir la cerilla en aguja en el primer intento.

Pansy no esperaba mucho de las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras, ya que resultaron ser una tontería, su aula tenía olor a ajo, algo que desagrado a Pansy.

Los días pasaron rápido, y con ello llegó Viernes, donde los Slytherin tenías Pociones dobles con Gryffindor. Las clases de pociones las daban en los calabozos y las impartía Serverus Snape, el jefe de casa de Slytherin.

Snape, como Flitwick, comenzó la clase pasando lista y, como Flitwick, se detuvo ante el nombre de Harry.

-Ah, sí -murmuró-. Harry Potter. Nuestra nueva celebridad. -Snape terminó de pasar lista y miró a la clase.- Vosotros estáis aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones -comenzó. Hablaba casi en un susurro, pero se le entendía todo.-. Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de vosotros dudaréis que esto sea magia. No espero que lleguéis a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidosque se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos Puedo enseñaros cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte si sois algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.

El profesor miró fijamente a Potter, que se encontraba mirando a Weasley.

-¡Potter! -dijo de pronto Snape-. ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?

En el rostro de Potter se podía ver la confusión, mientras tanto Granger agitaba su mano en el aire.

-No lo sé, señor -contestó Harry.

Los labios de Snape se curvaron en un gesto burlón.

-Bah, bah es evidente que la fama no lo es todo.

No hizo caso de la mano de Hermione.

-Vamos a intentarlo de nuevo, Potter. ¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres un bezoar?

-No lo sé, señor.

-Parece que no has abierto ni un libro antes de venir. ¿No es así, Potter?

Snape seguía haciendo caso omiso de la mano temblorosa de Hermione.

-¿Cuál es la diferencia, Potter, entre acónito y luparia?

Ante eso, Granger se puso de pie, con el brazo extendido hacia el techo de la mazmorra.

-No lo sé -dijo Harry con calma-. Pero creo que Hermione lo sabe.

En ese momento Pansy levantó la mano.

-Siéntate -gritó a Granger-. Responde Parkinson.

-Asfódelo y ajenjo producen una poción para dormir tan poderosa que es conocida como Filtro de Muertos en Vida. Un bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra y sirve para salvarte de la mayor parte de los venenos. En lo que se refiere a acónito y luparia, es la misma planta. -Contestó Pansy con una sonrisa arrogante.-

-Bueno, ¿por qué no lo estáis apuntando todo?

Se produjo un súbito movimiento de plumas y pergaminos. Por encima del ruido, Snape dijo:

-Y se le restará un punto a la casa Gryffindor por tu descaro, Potter. Diez puntos para Slytherin.

Snape los puso en parejas, para que mezclaran una poción sencilla para curar forúnculos. Se paseó con su larga capa negra, observando cómo pesaban ortiga seca y aplastaban colmillos de serpiente, criticando a todo el mundo salvo a Malfoy y Pansy.

En el preciso momento en que les estaba diciendo a todos que miraran la perfección con que Pansy había cocinado a fuego lento los pedazos de cuernos, multitud de nubes de un ácido humo verde y un fuerte silbido llenaron la mazmorra.

De alguna forma, Neville se las había ingeniado para convertir el caldero de Seamus en un engrudo hirviente que se derramaba sobre el suelo, quemando y haciendo agujeros en los zapatos de los alumnos. En segundos, toda la clase estaba subida a sus taburetes, mientras que Neville, que se había empapado en la poción al volcarse sobre él el caldero, gemía de dolor; por sus brazos y piernas aparecían pústulas rojas.

-¡Chico idiota! -dijo Snape con enfado, haciendo desaparecer la poción con un movimiento de su varita-. Supongo que añadiste las púas de erizo antes de sacar el caldero del fuego, ¿no?

Neville lloriqueaba, mientras las pústulas comenzaban a aparecer en su nariz.

-Llévelo a la enfermería -ordenó Snape a Seamus. Luego se acercó a Potter y Weasley, que habían estado trabajando cerca de Neville.-Tú, Harry Potter. ¿Por qué no le dijiste que no pusiera las púas? Pensaste que si se equivocaba quedarías bien, ¿no es cierto? Éste es otro punto que pierdes para Gryffindor.

Una hora más tarde, Pansy salió alegre del aula de Pociones caminando hacia su sala común para leer unos libros. Aunque recordó que el pobre Longbottom estaba en la enfermería y se sintió un poco mal, ya que él era uno de sus personajes favoritos. Así que decidió ir a su sala común para dejar sus cosas y tomar unas ranas de chocolate y dejarle a Longbottom.

Así que a paso rápido fue a su sala común, pero fue interceptada por Malfoy y sus gorilas.

-Soy Draco, Draco Malfoy. -Dijo el platino presentándose.- Ellos son Crabbe y Goley.

-Un gusto, Malfoy. Soy Pansy, Parkinson. -Se presentó con una sonrisa.- Si me disculpa, estoy exhausta. -Dijo Pansy.-

-No hay problema, Parkinson.

Con una mueca de incomodidad Pansy se dispuso a dirigirse a su sala común. Al llegar a su habitación, buscó en una mochila que tenía unas ranas de chocolates, las empacó en una caja de regalo y puso una carta donde le decía que se recupere.

Y con cuidado de no aplastar la caja y sin que nadie pueda verla, salió de su sala común hacia la enfermería. Donde no había nadie solo Longbottom durmiendo, así que con cuidado de que nadie la vea deja la caja y sale del lugar.

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Reencarné en Pansy Parkinson. -Harry Potter-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora