Mundial de Quiddich
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A paso apresurado, Pansy se fue a la carpa de los Zabini. Ahí estaban los demores Malfoy y sus amigos, iban a estar junto a los señores Malfoy durante todo el partido –los padres de Blaise, Millincet, Daphne y Pansy lo pidieron– .
Así que los seis amigos junto a los padres de Dravo entraron al estadio, ahí una señora revisó sus entradas. La señora les indicó sus asientos, con cuidado se dirigieron a sus puestos.
—¡Ah, Fudge! —Dijo el señor Malfoy al ministro de Magia, llamando la atención del grupo de amigos que estaban conversando.— ¿Cómo estás? Me parece que no conoces a mi mujer, Narcisa, ni a nuestro hijo, Draco. Ellos son los amigos de mi hijo, Zabini, Greengrass, Bulstrode, Nott y Parkinson.
—¿Cómo está usted?, ¿cómo estás? —Saludó Fdge, sonriendo e inclinándose ante la señora Malfoy.— Permítanme presentarles al señor Oblansk... Obalonsk... al señor... Bueno, es el ministro búlgaro de Magia, y, como no entiende ni jota de lo que digo, da
lo mismo. Veamos quién más... Supongo que conoces a Arthur Weasley.Pansy sonrió en lo bajo recordando el día donde el señor Malfoy peleó con el señor Weasley. El señor Weasley y el señor Malfoy se miraron el uno
al otro, los fríos ojos del señor Malfoy
escanearon al señor Weasley y luego la fila en que estaba sentado.—Por Dios, Arthur, —Dijo con suavidad.— ¿qué has tenido que vender para
comprar entradas en la tribuna principal? Me imagino que no te ha llegado sólo con la casa.Fudge, que no escuchaba, dijo:
—Lucius acaba de aportar una generosa contribución para el Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas, Arthur. Ha venido aquí como invitado mío.
—¡Ah... qué bien! —dijo el señor Weasley, con una sonrisa muy tensa.
Con la cabeza hizo un gesto desdeñoso al señor Weasley, y continuó caminando hasta llegar a sus asientos. Pansy le sonrió a Hermione y Ginny, y luego junto a sus amigos se sentaron cerca de los señores Malfoy.
—Damas y caballeros... ¡bienvenidos! ¡Bienvenidos a la cuadringentésima vigésima segunda edición de la Copa del Mundo de quidditch! –La voz de Ludo Bagman llamó la atención de todo el estadio.–
Los espectadores gritaron y aplaudieron. Ondearon miles de banderas, y los
discordantes himnos de sus naciones se sumaron al jaleo de la multitud.—Y ahora, sin más dilación, permítanme que les presente a... ¡las mascotas del
equipo de Bulgaria!Las tribunas del lado derecho, que eran un sólido bloque de color escarlata,
bramaron su aprobación.—¡Son veelas! –Chilló Daphne tratando de detener a Blaise que saltaba como loco.–
—¡Mía, Deten a Draco! –Le grito Pansy a Millincet, agarrando a Theo del brazo para evitar que se caiga.–
Para el agrado de las tres amigas, cesó la música y las verlas dejaron de bailar, los chicos volvieron a la normalidad. Estaban aturdidos y confundidos. El estadio se sumió en gritos de protesta.
—Y ahora —Bramó la voz de Ludo Bagman.— tengan la bondad de alzar sus varitas para recibir a... ¡las mascotas del equipo nacional de Irlanda!
En aquel momento, lo que parecía ser un cometa de color oro y verde entró en el
estadio como disparado, dio una vuelta al terreno de juego y se dividió en dos cometas más pequeños que se dirigieron a toda velocidad hacia los postes de gol.
Repentinamente se formó un arco iris que se extendió de un lado a otro del campo de juego, conectando las dos bolas de luz. La multitud exclamaba «¡oooooooh!» y luego «¡aaaaaaah!», como si estuviera contemplando un castillo de fuegos de artificio. A continuación se desvaneció el arco iris, y las dos bolas de luz volvieron a juntarse y se abrieron: formaron un trébol enorme y reluciente que se levantó en el aire y empezó a elevarse sobre las tribunas. De él caía algo que parecía una lluvia de oro.
sobre el estadio dejando caer pesadas monedas de oro que rebotaban al dar en los asientos y en las cabezas de la
multitud.
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Reencarné en Pansy Parkinson. -Harry Potter-
Fiksi PenggemarElladora O'Reilly renace en el cuerpo de Pansy Parkinson. Sin salida o más caminos decide forjar su destino. No quiere ser el agresor ni la víctima, quería ser un extra. No quería ser estar en la mira de los protagonistas. No quería cambiar la hist...