El cielo nocturno viéndose desde la azotea de la casa de Ron no se parecía a nada que él hubiera visto jamás.
En la ciudad de antes, las luces nunca se apagaban, demasiada contaminación lumínica era lo normal y lo que mantenía el pulso de la humanidad a un ritmo constante.
Nunca permitiendo que un niño curioso viera más que unos pocos puntos blancos en la oscuridad que podrían o no llegar a ser estrellas.
Sin embargo, aquí el cielo era mucho más que un lienzo negro con alguna que otra mancha blanca: era algo que parecía sacado de una obra de arte.
A diferencia del vacío negro que había visto cuando era niño, aquí el cielo era una variedad de diferentes tonos de azul, púrpura, rosa e incluso toques de turquesa.
No podía apartar los ojos del juego cósmico justo frente a él, a pesar de que su cuerpo temblaba de frío, apretado contra las formas de sus amigos a sus lados.
Su cabeza permaneció en la misma posición, su mejilla izquierda descansando sobre el pecho del rubio que también se encontraba observando el cielo estrellado que tan encantado lo tenía a él.
—¿Hace mucho no miras el cielo, Dust? Pareces demasiado sorprendido. —comentó Enid, estirando uno de sus brazos para pinchar la mejilla derecha de Dust, el cuál la apartó con una risa divertida.
Se encogió de hombros en su posición, pensando un poco en la pregunta.
Realmente no había pasado una noche tan tranquila en aquellos días que se encontró en soledad o cayendo de un grupo al siguiente.
Siempre estaban corriendo, escapándose, robando, matando o incluso causando peores atrocidades que en este momento de su vida estaba muy avergonzado de siquiera recordar.
—Hace frío. —se quejó Mikey del otro lado de Enid, apretándose aún más contra el grupo y escuchando como Enid se quejaba al sentir al pelinegro rodearla por la cintura.
—No me toques idiota. —espetó Enid un poco más alto, empujando a Mikey que sólo soltó un bufido e intentó cubrirse aún más con la manta, tirando de ella y destapando un poco a Ron que se encontraba del otro extremo.
Dust frunció el ceño con impaciencia hacía el grito pero aún así permitió que ella se acerque aún más a su costado, colocando su rostro contra su hombro.
—¿Por qué estamos aquí una vez más? —preguntó Mikey en voz alta, y Dust volvió a subir la vista hacía el cielo estrellado que seguía tan colorido y brillante como la última vez que lo vio, volviendo a concentrarse en la obra de arte frente a él.
Esparcidas por todo el cielo había luces brillantes de diferentes tamaños, formando líneas invisibles entre ellas, permitiendo a la mente humana ver figuras e imágenes por igual.
Dust señaló hacía el cielo, comenzando a seguir lo que parecía una línea punteada que estaba creando una forma.
—Dust quería ver las estrellas. —dijo Ron con tranquilidad, él era quién tal vez se encontraba más cálido, ya que Dust se encontraba casi encima de él.
ESTÁS LEYENDO
NOTHING LEFT TO SAY ✧ Carl Grimes
Fanfiction❛ Aunque no haya nada más que decir... Tal vez hay mucho que falta escuchar. ❜ El chico que ya lo perdió todo y no tiene ningúna razón más por la cuál vivir se encontró, en su peor momento, a las personas indicadas. Ahora las puertas de una comunida...