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El día en que mis padres murieron, Noah estaba allí conmigo

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El día en que mis padres murieron, Noah estaba allí conmigo.

Fue todo demasiado inesperado, estábamos todos preparando el desayuno y de un momento al otro había una horda de muertos abalanzándose hacia nosotros.

Comenzamos a correr, pero no era suficiente, nos venían pisando los talones y entre nosotros ya había heridos con los que teníamos que lidiar.

El grito de mi madre cuando mordieron su hombro todavía sigue intacto, inamovible en mi mente, escuchándose tan atronador como si fuera la primera vez.

Las pisadas sobre la nieve acompañaban los gruñidos y murmullos de los muertos que nos venían siguiendo, parecía que nunca llegaríamos a un lugar seguro hasta que finalmente llegamos.

Lo habíamos logrado: Mi familia y yo nos encontrábamos a salvo entre unas paredes que daban la sensación de seguridad.

Pero entonces noté que mi padre también fue mordido, una desagradable herida en su torso que no paraba de sangrar incluso aunque él intentaba cubrirla.

Noah se encontraba justo a mi lado, lo había estado ayudando a caminar, ya que se había torcido el tobillo en el camino, ambos miramos con horror en nuestros ojos a mis padres.

Recuerdo haber gritado, en esos momentos yo siempre gritaba mucho. Les gritaba que no se preocupen, que encontraríamos la forma de ayudarlos.

Y entonces el padre de Noah sacó su arma y les disparó a ambos justo en el cráneo, sin posibilidades de que puedan siquiera despedirse de mí.

Aún recuerdo cómo dejé caer a Noah al suelo, sin mi agarre el chico no tenía oportunidad de mantenerse en pie.

"Asesino" le grité con todas mis fuerzas, mi machete firmemente agarrado en una de mis manos.

El resto es ahora historia.

—Eras solo un niño. —susurró Ron, dejando caer la libreta a sus piernas, ambos se encontraban acostados uno al lado del otro en la cama del rubio.

Dust se encogió de hombros, observando su propia letra en largos párrafos en dónde deseó haberse explicado mejor, en dónde sentía que no había encontrado palabras suficientes para expresar su desesperación al ver a sus padres finalmente muertos.

Ahora, con la perspectiva que tiene del mundo, Dust comprende que fue lo correcto dispararles, que ya no tenían ningún tipo de salvación.

Pero en esos momentos lo único que había deseado era que el hombre que les disparó se arrepienta.

Si Dust había sonreído al sentir la sangre de otra persona cubrir su rostro... Bueno, no hacía falta escribir acerca de ello.

Un brazo se estiró desde abajo y Dust observó como Mikey estaba intentando alcanzar la libreta para enterarse él mismo de lo que había sucedido.

NOTHING LEFT TO SAY  ✧ Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora