Capítulo 21: Inesperado

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07 noviembre 2022

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07 noviembre 2022

Kailay Real

Como los días fueron pasando fui rodando de un lugar a otro. Luego de contabilidad me llamaron al departamento de finanzas y administración, donde aprendí una semana en cada una algo diferente.

Mis fuentes me habían revelado que Ans estaba en Florida con su familia. Informe que me tenía mal. El hecho de imaginarlo hacer con ella lo mismo que hacía conmigo me encojonaba, sabiendo que no me pertenecía. Se suponía que el tiempo me debía de ayudar, pero no lo estaba logrando.

Se incrementaba mi amor y odio hacia él. Ni siquiera una llamada recibí y la vez que lo intenté, él lo rechazó. Había hecho mi esfuerzo y no quedaba de otra más que intentar olvidarlo.

Empezaba a cuestionarme a mí misma, en si era que no hacía bien mi trabajo. Todas las semanas pasaba a un departamento diferente y esta vez estaba en una empresa diferente de Grupo Méndez.

La mañana era un desastre, y con tantos problemas nadie sabía dónde ponerse. Me sentía extraña en un lugar de tantos ajetreos. Había un equipo trabajando en lo más mínimo detalle de lo que lanzarían al mercado. La modero de la campaña publicitaria no había aparecido y Elaheh estaba histérica llevando de por medio a quien se le atravesaba.

—Lleva un café a Mick y que Beatriz me consiga un modelo urgente —ordenó.

Asentí saliendo de la oficina en busca de su secretaria. Me hartaba no estar en un puesto fijo o de no saber en donde estaría el día siguiente. Le pasé el recado a Beatriz, yendo a llevar el café al estudio. Los muchachos trabajaban en un escenario probando luces y bregando con la decoración.

—¿Quién eres tú? —increpó malhumorado un moreno de cuerpo atlético que parecía modelo de ropa interior.

Me miró como si quisiera desnudarme, con una intensidad interesante. No me sentí incómoda, solo admirada.

Era raro.

—Uh nadie. Solo vine a traer un café a un tal Mick —levanté la taza.

¡Bien hecho Kailay!

—Así que eres Nadie, gracias por mi café —dijo tomándola.

Salí queriendo golpearme mentalmente.

Era muy guapo y de esos hombres que te hacía venir con la mirada. Si Pamela lo viera.

¿Hiciste lo que te pedí? —aclamó la negra estresada avanzando por el pasillo.

Asentí regresando con ella.

Saludó a Mick con un beso, quien era el fotógrafo, pero las cámaras lo querían al frente no atrás. Evité mirarlo depositando mi atención en la decoración del escenario.

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