28 diciembre 2022
Ans Cribans
El Jet aterrizó en la pista de Miami, a lo que le daba indicaciones a mi secretaria de lo que debía hacer fuera de mi presencia. Era una época con mucha circulación de gente por lo que había mucho trabajo.
Kailay me sedujo por unos días libres y francamente disfruté el gesto de su mirada sensual, sus labios entre abiertos y sus manos inquietas. Me di cuenta que me tenía a su merced sin proponérselo. El pasar tiempo con su familia me agradó a excepción de algunos. Sus abuelos y la familia de Delcy, sobre todo Emilio, no me gustó el comentario ni la forma que miraba a mi novia. Era una familia loca que se dejaban llevar por las apariencias.
Me sorprendí en como esa chiquilla se me había colado en el alma, volviéndome en un ser ansioso y lujurioso, no podía estar cerca sin desearla, ni de lejos sin extrañarla. Su olor, su sabor eran los que me mantenía cuerdo entre tanto estrés del día a día.
Se abrieron las puertas y sonreí al ver a las gemelas junto al chofer sobre la pista. Ni terminé de bajar las escaleras cuando las dos llegaron a mi encuentro envolviéndome en un abrazo grupal.
—¡Te extrañé mucho daddy! —habló Kayli dejando un beso sobre mi mejilla derecha.
—Y yo a ustedes —susurré besando la frente de una y luego la otra. —¡Felicidades a ambas! Espero que sigan cumpliendo muchos años, pero sin darle dolor de cabeza a su viejo padre.
Soltaron una carcajada terminando de descender el avión.
—¡Jamás! —selló Kayle.
—Aunque de viejo no tienes nada, pero trataremos —secundó la otra.
—¿Dónde está su hermana? —inquirí y las dos me miraron con un brillo de tristeza sin saber qué responder.
—No quiso venir —contestaron al mismo tiempo.
Asentí encaminándonos hacia el volvo, saludé con un apretón de manos al canoso que llevaba alrededor de siete años laborando con nosotros, al principio solo era el transporte de llevar a las niñas a la escuela y luego pasó a ser esa persona indispensable para nosotros.
Abordamos el auto poniéndose en marcha.
Mi primogénita era un caso con el que no quería lidiar, aunque me daba tristeza su constante rechazo. Respiré hondo atrayendo a mis hijas hacia mí. Debía aprovecharme y disfrutar de sus cariños en vez de andar mendigando otro.
Kayle era cinco minutos mayor que su hermana, eran hermosa con el pelo castaño y los ojos azules, cuerpo proporcionado que habían heredado de Katherine. Sus diferencias se notaban en sus personalidades y estilos. La primera se vestía moderna, mientras que Kayli optaba por ropa deportiva y holgada.
Las chicas eligieron un restaurante francés para desayunar y no pude dejar de pensar en cómo se llevarían con mi novia. Eran jóvenes y sé que se comprenderían, fuera de Kayla claro, que tenía un carácter difícil y que siempre elegiría a su madre por encima de todo.
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KAILAY
RomantizmTrata de una chica que buscaba legalizarse en un país extranjero para su desarrollo en el ámbito laboral. Entró a trabajar en una aerolínea de forma temporal, donde conoció al Señor Cribans; uno de los socios fundamentales de la empresa, que se obse...