Capítulo 27

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-Malú-

El cuerpo de Ángel yace sentado en el suelo, la espalda está posicionada en la pared blanca del pasillo, las manos tiemblan, los ojos no saben a dónde mirar y le invito a que me mire, pero no lo hace, tomo de su muñeca y noto que las pulsaciones van aumentando a medida que pasan los segundos. No es la primera vez que lo veo así, en el 99 pasaba episodios de ansiedad, y ahora le está dando.

Las palabras dadas sobre el tema de las hijas han sido una bomba de relojería.

-Ya está cariño, estoy aquí -me siento al lado de él para que apoye su cabeza en mi hombro, y le tomo de la mano-

Poco a poco voy notando como se incorpora, la respiración vuelve a ser normal, y los ojos empiezan a llorar. Él se cubre el rostro con ambas manos para que no le vea.

-No es la primera vez que te veo así Ángel, no te preocupes. Lo único que quiero es que estés bien -tomo de su rostro para limpiar con mis dedos las lágrimas, mis ojos acaban en sus labios y vuelvo a mirar a sus ojos-

-Entonces -suelta él en un resoplido- ¿Nuestras hijas están vivas? -ya lo dedujo él sólo-

-Sí cariño -no pienso mentirle, y más que escucho un Mamá, aunque podría ser perfectamente para Vero, pero no se lo creería. Ángel es muy bueno pillando las mentiras, y las pocas veces que lo he hecho me ha pillado-

-Pero, ¿Cómo...-Ángel intenta buscar bien la pregunta-

-La historia es un poco larga, te lo contaré -alzo un poco la vista, y encuentro a mis hijas de pié observando la situación-

La declaración, y las presencias de las gemelas va a ser mucho para él. Acaba de sufrir un ataque de ansiedad por recibir una noticia fuerte, sabiendo que nuestra hija había fallecido hace años, y que le comento nada más verlo después de dieciséis años que son dos niñas, y están vivas, una locura.

Si es verdad que la pregunta lo formuló él, pero no estaba preparada la ocasión, y antes de seguir haciéndole daño soltar la verdad sería buena opción. Tal vez el lugar no ha sido lo más apropiado, aún así pude manejar la situación.

-Tranquilo, estamos contigo -habla Daniela para quedarse delante de él, y sentándose-

-No estás sólo en esto -añade Gabriela haciendo lo mismo que su hermana-

Ángel las observa sin dejar escapar ningún detalle, acaricia sus manos para después mirarme y mover los labios para hablar.

-¿Son ellas?

-Sí, no es Lucía, se llaman Daniela y Gabriela -intento controlar las emociones-

Ver la situación es para un marco, ahora mismo estamos los cuatro sentados en el pasillo del Wizink Center, y sé que él tiene muchas preguntas que hacerme, cómo yo a él.

-Niñas, ¿Por qué no me dejáis a solas con él un momento?

Entre ellas se miran, sé que quieren pasar este momento todos juntos, pero no es una conversación que tienen que escuchar ellas. Ambos nos tenemos que poner al día, y hablar de nuestros asuntos pendientes.

Daniela y Gabriela acaban aceptando la petición, para marcharse con mi madre y Vero, en nada me tengo que ir y no quiero dejar a Ángel con la palabra en la boca.

-Sé que tenemos mucho de qué hablar -comento tomando de sus manos- ¿Por qué no mejor hablamos mañana con tranquilidad?

-Estoy bien, puedo hablar contigo ahora -se quiere hacer el fuerte-

Volver a nacer [Malú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora