Capítulo 44.

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-Gabriela-

Antes de irme del hospital, el rostro de Iván aparenta apenado, no sé si es por la situación, o por otra cosa. Normalmente suele expresar sus sentimientos, y esta vez no lo hace, preocupa a cualquiera con los ojos apagados, sin mostrar una de sus sonrisas amigables, las que animan a cualquiera sonreír.

Él se despide con un abrazo fuerte, sin decir nada, yéndose en busca de su moto para irse a su piso.

El camino en coche con mi padre dura menos de media hora, pasando por la antigua casa para cerrar todo con llave y dejárselo a la inmobiliaria, una carta del juzgado despierta curiosidad para ambos, poniendo nerviosa para saber qué pone, si es por los apellidos o la custodia.

-Los apellidos -resopla mi padre volviendo a guardar la carta en el sobre- al menos tienes mi apellido -dice en una sonrisa-

-Sí, ¿No se sabe cuándo oficialmente estoy a cargo de ustedes?

-No lo sé hija, el proceso judicial de este país va muy lento, espero que tarde o temprano nos la den -el sobre va directo a su maleta- ¿Vamos?

Asiento en señal de respuesta.

De camino a la inmobiliaria, el chico que nos atiende es Raúl, por sorpresa se encarga de vender la casa, entregando las escrituras, y quite el nombre de mi madre en la lista de unas de las compradoras.

-No queremos que su nombre figure por todas partes, bastante tenemos con la prensa que ha estado andando por el hospital -comenta mi padre-

-De acuerdo, así será -Raúl no pide explicaciones, por lo tanto se lo agradecemos-

La nueva casa está a quince minutos de la inmobiliaria dejando el coche fuera ya que todavía no tiene el mando del garaje.

El tiempo con mi padre se me pasa tan rápido que no recuerdo cómo fuimos a su piso a por las cosas.

El estado de la casa es un caos, cajas por un lado, inmobiliario por otro, paquetes por abrir y construir, un sinfín de cosas.

Suspiro. Ahora mismo no estamos para ello, una ducha rápida y volvemos al hospital.

-Ayúdame a enchufar la nevera, y nos vamos -dice mi padre-

Quince minutos después volvemos a estar en los pasillos blancos del Hospital Gregorio Marañón, esta vez mi padre visita a Daniela, y yo a mi madre, por lo visto si le hablas generas alteraciones cognitivas de la persona que está encamada.

-No veas la que has liado en Twiter -mantengo mi móvil en las manos, viendo el hastag #MirócontraMalú- la mayoría te defiende, como no tus fans te apoyan y mandan muchos ánimos a la familia. Menos mal que todavía no saben quienes somos, aunque hay un rumor -suspiro- están saliendo las noticias de Daniela cuándo tuvo la pelea -cierro sesión en Twiter, paso de seguir viendo-

Antes de bloquear el móvil recibo un mensaje de una persona que menos me lo esperaba, hace tanto tiempo que no sé de él, sólo lo he visto por las mañanas en clases.

"Me he enterado lo que pasó, lo siento muchísimo Gabriela. Espero que pronto se mejoren. "

El orgullo quiere dejarle en visto, no responder por todo lo que ha hecho y dicho en todo este tiempo, el menosprecio que tiene a mi familia cómo si le hubieran hecho algo.
Una parte de mí dice que responda con la intención de teclear en la pantalla.

Volver a nacer [Malú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora