Capítulo 90.

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-Ángel-

La pérdida de alguien es un proceso de duelo bastante importante. El día que perdí a mi tío esperaba su muerte ya que la enfermedad era bastante complicada de tratar, y le dieron tres meses de vida por lo que me preparé para ello a pesar de llorar su muerte.

Años después la de mi tía fue inesperada, no pensé que a causa de la depresión que padecía por el fallecimiento de su marido llegaría su día, murió de pena. Encontrando su cuerpo en la cama, boca arriba abrazando la fotografía de ella junto con mi tío vestidos de la boda.

Cada fallecimiento me hace recordar a ellos, y vivir la presencia de mi hija Daniela, escuchar y ver cómo grita de una manera desgarradora se me quiebra la voz, intentando ser fuerte para y por ella.

Nuestros cuerpos se abrazan en un intento de calma, dejando que llore y una vez que decide parar se seca las lágrimas, respira e inspira para salir del cuarto, la presencia de Malú hace que llore nuevamente, no es nada fácil pasar por una situación así.

Intentaremos dejar los días para ella, si necesita estar fuera de casa así lo haremos por su salud, pero no, ella decide quedarse en casa, guardar su luto y últimamente está escribiendo más de la cuenta, practicando yoga, y meditación. A veces hace boxeo conmigo, y escucho cómo toca el piano, cada día lo hace mejor.

Sin embargo, mi día a día en las oficinas de la Brigada lo llevo peor,siento que no avanzo y cada vez que pienso de manera negativa todo me va mal.

No pensé en aguantar más mis pensamientos y explico mi situación a mi novia, quién no se esperaba mi alegato.

-Creo que dejaré el trabajo

-¿Qué? ¿Por qué? -dice Malú dejando su taza de té humeante encima de la mesilla de noche-

-Últimamente trabajo a bajo presión, nos estamos jugando mucho nuestros puestos ya que el comandante elegirá quién será el próximo capitán de la Brigada, y siento que no avanzo nada

-Amor -Malú toma de mi rostro con ambas manos- eres el mejor, si has llegado hasta aquí es por algo -dice en una sonrisa- si dejas el trabajo, seguro que te cogen de otro lado -deja un beso en los labios-

-Tus palabras me han hecho sonreír, muchas gracias Lula -abrazo su cuerpo contra el mío- te quiero mucho

-Y yo a ti cariño, mucho mucho

-También te amo -escondo mi cara en su cuello, dónde huelo a su aroma-

-Yo también te amo, más que nunca -besa mi cuello-

Las palabras de mi novia me han animado, a subido mi autoestima, y gracias a ello he retomado el trabajo de buena mano. Ya con nuevos resultados, y grandes avances se lo voy a comunicar al comandante, escuchando detrás de la puerta una conversación con alguien más.

-El puesto es para ti -escucho la voz del señor-

-¿Cómo? ¿Me lo está diciendo en serio? -la voz de Mario es la otra persona por lo que genera una molestia, y hace que mi barbilla se tense por completo-

-Sí, asique mañana mismo coja sus cosas y las coloca aquí

Mario sale del despacho asombrado por mi aparición y quedándose mirando a mis ojos, no respondo, tan sólo me dirigo a la sala con ira en la mirada.

Ya cuando tenía pensado que podría ser uno de los candidatos, el puesto es para mi mejor amigo.

-¡Ángel! Hermano, no te enfades, ese puesto podría ser perfectamente tanto para ti cómo para mí -habla Mario a mis espaldas- siento mucho que te hayas enterado así, yo también estoy sorprendido

Volver a nacer [Malú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora