Capítulo 71.

27 4 2
                                    

-Gabriela-

-Te ofrecería vino, pero todavía eres menor -dice Iván abriendo la nevera-

Después del bochorno que viví con mi madre estuve media hora sin hablarle, interrumpió mi segundo beso, y ese beso fue tan mágico que no sé cómo describir.

Si Iván cómo amigo es un amor, en pareja es el doble, y sí después del beso tuvimos una conversación algo incómoda por Skype, él se marchó de casa disculpándose con mis padres.

-Perdón -acerco mis pasos a mi madre, ella se encuentra en el estudio con mi padre dónde él tiene en sus manos una guitarra-

-No pasa nada cielo, perdón yo. No debí entrar así

El acto de abrazarla hace que relaje el enfado que tuve hace rato, tampoco debí hablarle así. Ambas no actuamos bien y nos disculpamos, los brazos de ella me rodean por detrás dejando un beso en la cabeza.

-Quiero ser sincera contigo -veo por la rejilla del ojo como mi padre se mueve por la sala- y contigo Papá -Ángel recula los pasos- he dado mi primer beso -confieso en una sonrisa- y me ha encantado, sin ninguna duda me gusta mucho Iván

No sólo he confesado de que me gusta el chico de la sonrisa bonita, también mis sentimientos hacia él, y la reciprocidad por parte del joven, la conexión, la manera que nos comunicamos, la escucha activa y la estabilidad que nos supone a ambos.

-Me sorprende que seas tan madura en el amor a tu edad, no todo el mundo tiene claro a esa edad. Experimentar, las hormonas, y el saber estar con una persona -habla mi padre-

-¿Así es cómo empezó vuestro romance? -pregunto a los dos, me gustaría que mi hermana estuviera aquí y así también recibe esta charla que tanto se necesita-

-Tú padre y yo nos conocemos antes de tener los quince, coincidimos en la playa de Algeciras varios veranos hasta que un día el atrevido de tu padre se acercó -menciona mi madre mediante un sonrisa- teníamos unos ocho años cuándo nos conocimos, después su primo y mi hermano se hicieron amigos, ya teníamos una excusa para vernos y se hacían cargo nuestra

-Si es verdad de un dato -dice mi padre rascándose la barba- molestaba mucho a tu madre, casi siempre nos molestabamos -ríe, una risa bonita sin escandalos- sobre todo yo la molestaba, me gustaba verla enfadar y creo que a partir de ahí empecé a quererla, años después nos dimos cuenta lo bonito que creamos al concepto del amor

-Sí -responde mi madre con una luz en la cara, los ojos brillan y una sonrisa de por medio, se siguen mirando cómo el primer día y eso me pasa a mí con Iván-

-Si te pido una cosa Gabri -vuelve hablar mi padre- ten cuidado con lo que haces, ¿vale? No te sientas presionada en hacer algo que todavía no quieres, a tu edad es normal que quieras hacer todo de sopetón, no tengas prisa

Sé a lo que se refiere, las relaciones sexuales es un tema que asusta a todos a mi edad, todavía no tengo en mente hacer nada, todavía estoy empezando a sentir de verdad y querer a una persona que no sea un familiar, me gusta sentir todo poco a poco, cómo dice mi padre sin prisa, y cualquier duda que tenga se lo pregunto a ellos. Sé muy poquitas cosas por charlas aún nos han dado en clase.

-Hay algo que me preocupa -confieso, la cabellera castaña de Iván se vuelve a asomar dejando que siga hablando- Daniela se está viendo con Eva, y me parece genial que se conozcan, se hagan amigas pero...se están liando, no sé si es un rollo, una relación o a saber qué

-¿Te preocupa que salgan juntas? -dice el joven teniendo dos paquetes en cada mano- ¿Pasta o arroz?

-¡Pasta! Sí, Eva todavía no tiene claro lo que le gusta, y está jugando con fuego. Daniela es muy inocente, fácil de llevar y cómo conozco a mi amiga desde la guardería sé cuándo se divierte, y no quiero que mi hermana sea un juguete, va a salir muy mal de ahí -suspiro-

Volver a nacer [Malú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora