Capítulo 60.

41 5 11
                                    

-Daniela-

Los cuerpos descompensado, sin rostro, cada persona se ve diferente con vestimenta distinta. Difuminado, parecen que hablan, o no lo sé.

Escucho cómo me llaman, ríen, susurran entre ellos.

Los movimientos de las personas se mueven tan ágiles que parecen fantasmas, forman un coro alrededor mío, asustando, tocando y empujando.

-Daniela, ¿Hay algo más que me quieras contar? -habla el psicólogo-

-Hay un chico que me gusta...hace días que no sé nada de él, se supone que nos gustamos, pero un día empezó a presentar un comportamiento extraño bastante sorprendente y no me gusta

-¿No eres demasiado joven para estar sufriendo por amor? -El chico entrelaza sus manos-

-Tú eres mi psicólogo, no puedes estar juzgando -respondo con el ceño fruncido-

-No, no era mi intención -carraspea- me sorprende que a temprana edad te guste alguien. Aunque mirándolo así -se rasca la mejilla, parece que recientemente se afeitó- a tu edad me enamoré del primer chico -dice sonriendo- no somos nadie para juzgar al amor

-¿Qué pasó con el chico? -pregunto curiosa-

-A él también le gustaba, pero se mudó. Desde entonces, no sé nada de él -habla en una sonrisa triste-

-Vaya..pues yo no sé qué hacer con Isaac

-No fuerces nada, si él ahora mismo está en un carácter diferente, déjalo con sus cosas. Ya se dará cuenta del error, y si no, será porque te mereces a alguien mejor

-¿Se puede saber cómo se llama el primer chico? -se nota que me gustan las historias de amor, creo que mi hermana y yo somos de la vieja usanza-

-Sebastián

Causalidad que el tío de Gabriela se llame así. ¿Será él, el primer amor de Eduardo? Así se llama mi psicólogo, al ser tan joven lo trata mi madre, y hace su trabajo bastante bien, sería mi tercera vez asistiendo, y hemos hablado mucho.

Si es verdad que hablando con él me siento algo mejor, pero mi cara sigue estando igual una vez que salgo, parece que una parte de mí no está del todo bien, cómo si tuviera que arreglar algo, y no sé el qué.

Tanto mis padres, y mis hermanos hacen todo lo que pueden para sentirme entretenida, y no tener la mente en mis pensamientos. Un método que funciona bien, incluso escribir un diario como me ha aconsejado Gabriela, desde que empecé a escribir, noto como mis ideas, pensamientos y experiencias se van ordenando.

Poco a poco voy viendo las cosas claras. Nada de lo que me ha pasado es mi culpa, sólo he tenido la mala suerte de encontrarme con gente mala, el odio, la rabia les invade.

Cuándo pensé que tenía todo bajo control, no fue así. Un ataque de pánico apareció desde que ví a Pablo atragantado, quería ayudar, y no supe cómo actuar, verlo mal ha hecho que mi cuerpo tiemble de miedo, los ojos empieza a ver borroso y los latidos de mi corazón es una moto en una carrera.

El hecho de hablar con mi hermana sobre las veces que he ido con Eduardo, me ha hecho sentir mejor, una parte de mí se queda en paz, no del todo, pero por lo menos lo hablo con alguien, y más si es parte de mí.

-¿Estás segura? -pregunta Gabriela-

Asiento para confirmar.

Las manos de mi gemela sostiene unas tijeras, cortando el pelo largo. No quiero saber cómo saldrá eso, un cambio de look vendrá bien, o eso creo.

Volver a nacer [Malú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora