Capítulo 92.

25 3 8
                                    

-Pablo-

Todas las emociones juntas puede llegar a ser una montaña rusa. El correr nada más llegar a casa para ver a mis padres alzando la voz en referencia a ellos hace lanzarme al cuerpo de mi madre Malú. El amor de hijo a madre lo he experimentado dos veces en mi vida, y he de decir que con ella es diferente. A pesar de haberme criado y crecido con Sonia, ella siempre hacía todo lo posible para que no nos falte de nada, apuntaba actividades extraescolares a los dos, intentaba mantenernos entretenidos y eso me hace pensar que se alejaba de nosotros. Nunca ha habido una muestra de cariño de por medio. ¿Qué tanto pensaba esa mujer?

Sé que hay algo más que una simple adopción.

Malú y Ángel son diferentes, el día que llegué a mi nueva casa, nuevo hogar ya desprendía amor, y eso me gusta mucho, porque me hace pensar que les importo, cómo yo a ellos, la protección y la seguridad que aportan constantemente hace que cada vez más los quiera, se preocupan por todos y hacen lo posible para que no nos falte de nada. Sin ninguna duda he caído en la familia que siempre he pensado, y soñado.

-¿Dónde estabas, cariño? -mi madre me besuquea la cara-

-¡Sí te lo digo, no te lo vas a creer! -digo en una sonrisa, emocionado por todo lo que he vivido en 24 horas-

24 horas antes

Mario, el mejor amigo de mi padre, pelo corto negro con tupé, ojos pequeños negros, barba perfilada negro, un poco más bajo que mi padre, pero el cuerpo lo tiene fuerte. Él es el novio de la boda que voy a asistir.

La casa que me voy a quedar hoy es grande, y una vez que entras parece que éstas en una cabaña, todo rústico, pero me gusta, bastante original y cómoda para ellos, teniendo un jardín para cuando crezca el bebé pueda salir a jugar.

-¿Cómo se llama? -pregunto mirando al bebé, los ojos de este son grandes y me miran para después soltar la chupa, y sonreír. La sonrisa se contagia y se lo devuelvo-

-Martín -responde Mario-

-Hola Martín, soy Pablo -acaricio su barriga con cuidado y este me atrapa el dedo para volver a sonreír, acompañando de una risa-

-¿No te gustaría tener un hermanito o hermanita? -dice el hombre para después mirar a mi padre-

-¡No! Me gusta ser el pequeño -coloco bien mis gafas-

Los dos se ríen, y no entiendo porqué.

La mañana la pasamos jugando a juegos de mesa, para después pasar a jugar al jardín, Martín está conmigo con sus pequeños juguetes y se ríe de cada cosa que hago.

-¿Qué te gusta de comer? -Mario aparece-

-Me gusta de todo

-Estupendo, haré mi plato estrella para que te chupes los dedos -él se despide despelusando mi pelo-

-¿Cómo te lo estás pasando? -Ángel se acerca para sentarse al lado mío-

-¡Bien! Mario me cae muy bien -alzo la mirada y veo al futuro esposo canturreando mientras saca las cosas de la nevera-

-Él es muy buena persona, uno de los pocos amigos que tengo -comenta mi padre- ¿Qué hay de tus amigos? No lo estás viendo en el verano, ya sabes que nos lo puedes decir a Mamá y a mí si quieres pasar un día con ellos

-Mis amigos son...algo especiales -respondo mirando al suelo y tirando del césped-

-¿Cómo de especiales?

-Marcos es un chico con TDH, Lucas le cuesta estudiar, y a veces le ayudo. También hay una chica que se llama Marta, ella tiene síndrome de down y se meten con ella, siempre la defiendo y la alejo de los demás para que no reciba ningún daño. Los padres de ellos no quieren que les vea -abosorbo por la nariz-

Volver a nacer [Malú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora