EL PRIMERO
¿POR QUÉ LA humana no deja de gritar? Es obvio que no voy a soltarla. Si no la necesitara viva y a salvo, nunca la habría raptado en primer lugar.
-Deja de gritar, no te soltaré.
Pero estas criaturas nunca pueden entrar en razón y continúa gritando a todo pulmón. Rechino los dientes al escuchar sus gritos y agito las enormes alas con más fuerza.
Me alegro de que la transformación no se haya llevado a cabo por completo, porque no puedo imaginar una vida sin alas. Es otra ventaja que conservo sobre el rey impostor. Mi hermano.
¿Y por qué? Cuando llegue el momento, el pueblo me elegirá para volver como el legítimo heredero del trono.
Pero debo encargarme de otras cosas primero. Como llevar a esta mujer a mi guarida sin ser detectada. Pongo una mano sobre su boca con fuerza para sofocar sus chillidos e inclino el cuerpo para volar en la dirección del viento, en lugar de contra él. Mis aliados en Draci III, la tercera de nuestras tres naves espaciales, han intervenido los sistemas satelitales de monito- reo humano, por lo que este corto vuelo a la medianoche debería ser casi invisible en este momento.
Aun así, no pueden eludir los satélites humanos para siempre. Tengo una corta ventana para lograr esto y no puedo perder más tiempo.
Hemos volado tan alto como me atreví con la humana, pero ahora bajo en picada cuando la propiedad aparece a la vista. Es un rancho aislado al noroeste de California. No hay nada aquí, excepto tierra, arena, cactus y carroñeros.
Pertenezco a un palacio de la ciudad, pero aquí es a donde me han exiliado. Es degradante y humillante. Soy un Thraxahenashuash, el Primero de los hijos de mi padre. Aunque por supuesto, en realidad soy el segundo. Pero fui su primer hijo legítimo.
Después de que mi madre manipulara la muerte de su primer amor y...
No. Nada de eso importa. Mi madre era la más inteligente de los Dragones y la traicioné en sus últimos momentos porque fui un tonto sentimental, justo como lo fue mi padre antes de mí.
Mi madre entendió la verdad y pasó toda su vida intentándola meter en mi cabeza.
El poder a toda costa. Los fines justifican cualquier medio.
Me molesté con ella por lo que pensé que era su crueldad. Pero ahora lo entiendo. Ahora, des- pués de haber aprendido las lecciones de la ma- nera más difícil posible. Ella solo hacía lo que le correspondía. Las decisiones que tomó nunca fueron fáciles, pero siempre fueron las mejores.
Lo mejor para ella, lo mejor para nuestra familia y lo mejor para el reino.
Mi padre era débil y mi madre lo sabía. No podía permitir que su debilidad amenazara todo por lo que había trabajado para construir. Entonces, lo mató. Pero no puede verlo en ese momento. Solo podía ver al amable padre que me había dado golosinas y me guiñaba un ojo cada vez que mamá se metía en una de sus diatribas. El hombre alegre que me puso cabeza abajo y me hacía reír cuando era un niño, hace tantos años atrás.
Pero una nación es mucho más que una persona. ¿Con qué frecuencia lo decía mi madre? Mi padre también lo hacía. Al final lo perdió de vista, pero mi madre nunca lo hizo. Incluso cuando las espadas ceremoniales le cortaron la garganta, separándole la cabeza del cuerpo, sus ojos permanecieron fijos y con una mirada fría sobre mí. Me acusaron, y nunca me permitirían olvidar.
Cuando finalmente me dejo caer al suelo con la humana, ella respira con dificultad e inmediatamente se aleja de mí a tropezones, cayendo con fuerza de rodillas, pero retrocediendo de todos modos.
-De pie -le ordeno.
Ella se pone de pie e inmediatamente comienza a escapar de mí.
Pongo los ojos en blanco. No tenemos tiempo para esto. Me inclino hacia adelante y me alzo fácilmente. Estoy sobre ella con tan solo unos pocos aleteos, atacándola por detrás y derribándola.
Grita y chilla mientras lucha por alejarse de mí, pero dominarla es solo una pequeña hazaña. Puedo sostener sus pequeñas muñecas con una sola mano. Grita aún más y tira para zafarse.
-¿Estás tratando de hacerte daño? -gruño -. Los humanos son delicados y, si me obligas a ser más rudo contigo, podría hacerte daño sin pretenderlo.
Deja de moverse bruscamente y se vuelve para mirarme por encima del hombro, con sus grandes ojos azules luminiscentes a la luz de la luna.
-Así que... ¿no quieres lastimarme?
-No-exclamo como respuesta, pero luego lo dudo.
Las hembras deben ser apreciadas por encima de todo. Nunca lastimaría a una, ni siquiera a una de estas primitivas mujeres humanas. Pero en este caso, quizás la amenaza de violencia sea necesaria. Tal vez debería pensar en que podría hacerle daño...
El fin justifica los medios...
Le aprieto ligeramente las muñecas.
-No a menos que me molestes -le gruño con el tono más bestial.
Y luego la empujo con fuerza sobre el cepillo para que entre al rancho.......
Continuara
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mi bestia extraterrestre (extraterrestres darcy 3)
Science FictionQue las dos mejores amigas de Giselle se hayan enamorado de dos extraterrestres híbridos y estén viviendo su felices por siempre en las instalaciones del Rey no significa que Giselle se sienta excluida. Ambas dieron a luz a sus bebés con alas mitad...