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GISELLE

SIEMPRE DICEN que no hay que dejarse llevar a una ubicación secundaria. Fue el primer consejo en la clase de defensa personal que tomé. Había que pelear, patear y gritar; no importa si incluso tienen un arma, haz lo que tengas que hacer, pero nunca dejes que te lleven a un lugar secundario.

Como este rancho abandonado en medio del desierto.

Nadie ha vivido aquí en mucho tiempo; lo supe con claridad cuando El Primero empujó la puerta principal para abrirla y las motas de polvo se arremolinaron en el suelo. Me arrastra junto a él mientras pisa fuerte

hacia la chimenea. Gracias a Dios, me empuja a un antiguo sofá, también lleno de polvo y arena fina que inmediatamente me hacen estornudar, mientras mete trozos de leña en la chimenea y luego, mierd....

Abre la boca y el fuego fluye de ella instin- tivamente. Me refiero a un fuego ardiente de color blanco y naranja que se asemeja a una larga corriente, y la leña en la chimenea cobra vida.

Me alejo de la ráfaga de calor.

Espera, ¿qué diablos hago sentada aquí? Salto del sofá para intentar salir corriendo por la puerta, pero El Primero ya está allí antes de que pueda siquiera dar un paso más.

Al principio, creo que me ha envuelto la cintura con el brazo, pero luego escucho el tintineo del metal y miro hacia abajo.

—Que diab...

Me giro para mirarlo mientras me termina de asegurar una pesada cadena alrededor de la cintura.

—¿Qué crees que estás haciendo? —le grito.

—Asegurarme de dormir bien por la noche.

He tenido un día largo.

—¿Que tú has tenido un día largo? —le repito incrédula.

Toma el otro extremo del enorme eslabón de la cadena, algo que un hombre normal ni siquiera podría levantar, y se lo ata alrededor de la cintura. Es tan pesado que no puedo hacer mucho más que sentarme en el sofá.

—Bien. Descansa.

Eso es todo lo que dice antes de acostarse, estirándose en el suelo junto al sofá.

—¿Estás bromeando?

¿Qué espera que haga? ¿Qué duerma a un lado de mi secuestrador? No pueden ser más de las 21:00.

Maldita sea, si tan solo hubiera colocado el teléfono en mi bolsillo en lugar de guardarlo en el bolso. Me pregunto qué tan cerca estará la ca- rretera más cercana o el vecino más cercano. Es de noche y no había visto más luces que las de las estrellas.

Tiemblo a pesar del calor proveniente del fuego y alcanzo el borde del sofá. Lo primero que veo son los brillantes ojos púrpuras del Pri- mero mirándome fijamente. Me muevo hacia atrás y cierro los ojos con fuerza.

¿En qué demonios me he metido?

Este tipo de cosas no me suceden a mí. Soy la chica buena con una vida segura. Lo hago todo bien. No molesto a la gente. Le retribuyo a la comunidad. Claro, a veces eso significa que me pisan como a una alfombra, pero estoy tratado de hacer lo suficiente. De ser suficiente.

Pero nunca lo eres, ¿verdad?

Acostada aquí, asustada, todo parece tan claro.

No importa cuánto lo haya intentado, nunca fue suficiente. Nunca fui suficiente. Ciertamente no era suficiente para que mi padre se quedara. Conozco la verdad: se fue por mí.

¿Y ahora? No hay nadie en mi vida. En reali- dad, no lo hay. Nadie debe estarme buscando siquiera. Claro, tarde o temprano, quizás Juliet y Ana se den cuenta de que me he ido, o descu- bran que algo pasa con El Primero, pero en realidad no se tratará de mí. Seré solo un problema a resolver.

Y luego volverán a sus vidas y a sus familias reales, y yo volveré a ser... la tía Giselle. Regresaré a un piso vacío.

Eso si realmente logro regresar a casa. Estoy siendo optimista al pensar que saldré viva de esto para volver a mis pequeños problemas sentimentales.

—¿Qué quieres de mí? —le pregunto con voz temblorosa.

¿Pedirá mi rescate a Juliet y Shak?

—¿Qué crees? —gruñe—. ¿Qué queremos de cualquiera de ustedes?

Abro los ojos de golpe y me retrocedo en el sofá tan lejos como me lo permite la cadena.

—¿Qué quieres decir?

No puede referirse a que... quizás solo esté hablando de la abominación mundial y...

—Necesito descendencia.

Vale, mis ojos se saldrán de sus órbitas.

—¿Conmigo? ¿Quieres tener hijos conmigo?

mi bestia extraterrestre (extraterrestres darcy 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora