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GISELLE

EL PRIMERO actúa de manera extraña después de la ducha. Huele mejor, eso es seguro. Pero antes no olía horrible, exactamente. No fue terrible dormir con él ni nada. Ambos nos despertamos sudados, sí. Era tan abrumadoramente masculino. No estoy acostumbrada a estar en un espacio tan pequeño junto a una presencia tan grande y tan...

Él sale de la ducha tan grande y desnudo como siempre. Aparto la mirada del área de la ingle como lo intento hacer con más frecuencia, pero afortunadamente, fueron guardadas.

Me mira con el ceño fruncido.

-¿Con qué te has cubierto ahora? Me miro a mí misma.

-Revisé los cajones de la cómoda y encontré esto.

Encontré unos pantalones de mezclilla masculinos y los sujeté con un cinturón. Tuve que hacerle un agujero extra a la correa para ajustármelos a la cintura. Una camiseta de talla grande que me llega hasta la mitad del muslo completa el atuendo.

-No me gusta.

Pongo los ojos en blanco.

-Lo bueno es que hacerte feliz no es mi objetivo número uno en la vida.

Él me observa con el ceño aún más marcado.

-Iré a buscar el dispositivo de curación y luego discutiremos esto más a fondo.

Me burlo.

-¿Estás bromeando? Nunca querré registrarme como tú esclava, amigo.

Me mira al acecho.

-No estoy pidiendo una esclava. Estoy pidiendo una pareja. Podrías ser la primera entre todas las mujeres de tu raza. ¿No quieres eso?

-A diferencia de algunos, no estoy obsesionada con ser la primera. Además, mi mejor amiga ya es la primera entre las mujeres o lo que sea, y eso es algo que nunca le quitaría. Parece que olvidas que, para estar de acuerdo contigo, tendría que traicionar a mis amigos. Yo nunca, jamás haría eso. Ellos son mi familia. No traiciono a la familia.

No escucho las palabras hasta que salen de mi boca, pero puedo notar en sus ojos que he dicho algo incorrecto. Se le oscurece el rostro, pasa a mi lado por la sala de estar, y luego empuja la puerta principal sin decir una palabra.

Oh, mierda. Cierto. Ahora lo recuerdo. Shak me contó cómo se suponía que El Primero lo mataría, pero luego El Primero contó la verdad sobre su propia madre, de cómo había matado a su padre... Lo que resultó en su captura y más tarde, en su muerte.

-Espera, Primero, lo siento. No quise decirlo de esa forma... -le digo saliendo por la puerta tras de él.

Justo a tiempo para verlo tratando de ex- pandir las alas hacia afuera y tropezar de dolor cuando la izquierda no se extiende por com- pleto. Las fracturas que sentí en la ducha, ahora son dolorosamente evidentes cuando intenta extender el ala.

-¡Detente! Primero, ¡detente o te harás más daño!

¿Se detiene? No, por supuesto que el necio testarudo no lo hace. Él simplemente continúa intentado agitar el ala que evidentemente está rota. Pero mientras el ala derecha hace el ruido normal de chic, chic, la izquierda se arruga y no se extiende; cada vez que intenta agitarla, se le estremece todo el cuerpo de dolor.

-¡Detente! -—le grito de nuevo, otra vez en vano.

El Primero se las arregla para levantarse unos metros del suelo con los siguientes aleteos, pero luego se derrumba con fuerza de rodillas, con la espalda arqueada en evidente ago- nía.

Comienzo a acercarme, pero él levanta una mano.

—No te acerques a mí.

Me detengo donde estoy, sin saber qué hacer a continuación.

mi bestia extraterrestre (extraterrestres darcy 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora