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GISELLE

DESPUÉS DE NUESTRA perezosa mañana en la cama... o tal vez debería decir, de nuestra vigorosa mañana tras hacer el amor seguido de un par de horas perezosas adormecida, pasé la tarde aprendiendo a volar.

Por lo que Juliet me contó, ella lo hizo con naturalidad. Ana también le cogió el ritmo con bastante facilidad. Así que me siento vergonzosamente torpe, ya que necesito casi cuatro horas para acostumbrarme a las caídas y a los movimientos con las corrientes de aire, en lugar de luchar contra ellas. Es decir, después de que aprendí a no caer en picada de nuevo al suelo tras despegar... sí, eso hizo que los primeros intentos fueran divertidos.

Aprender a andar en bicicleta me tomó mucho más tiempo que a los demás niños y esto se siente igual que aquello. Estoy casi lista para tirar la toalla cuando finalmente, mucho tiempo después que el sol pasara de medio día, puedo controlar el vuelo y llegar de un extremo a otro en la propiedad sin contratiempos.

Aterrizo, la mayoría de las veces con gracia, sobre el suelo, tras lo cual troto sin tropezar.

—Creo que me he tragado un insecto digo un poco ahogada y escupiendo varias veces.

Pero El Primero no hace más que sonreír. —Creo que ya lo tienes. ¿Estás lista para intentar ir al trasbordador? Podemos seguir practicando si quieres, pero te ha ido bastante bien durante la última hora. Es un vuelo bastante recto hasta allí. Creo que puedes hacerlo.

Siento como los ojos se me abren de par en par.

—¿De verdad? ¿Ahora?

—No tengas miedo. Eres más fuerte de lo que crees. Pero si aún no te sientes cómoda, podemos seguir practicando y puedes ir mañana.

Me muerdo el labio. No me he olvidado de como El Primero dijo que sus aliados podrían conspirar sin él. Y ahora El Primero está dispuesto a hablar de paz. Quizás todo esto funcionó como siempre estuvo destinado a hacerlo. El Primero y yo seremos una familia como Shak y Juliet, una familia como Ana y Ezo. Ahora puedo actuar como un puente entre todos y tener una verdadera paz.

Pero no habrá nada de eso si no llegamos a Shak y a todos los demás antes de que lo hagan los rebeldes Draci.

Así que saco el pecho, extiendo las alas en toda su envergadura, algo con lo que me he sentido cada vez más cómoda durante las últimas horas, y asiento.

—Tienes razón. Puedo hacerlo. Solo dime cómo llegar allí.

Lo hace y tiene razón, no es un camino complicado. El final suena un poco intimidante, pero solo pensar en Juliet y el bebé siendo atacados sin previo aviso es suficiente para mantenerme erguida y asintiendo cada vez que El Primero me pregunta si creo que estoy lista para esto.

Sale con un pequeño bolso que tiene una pequeña botella de agua y el arroz sobrante del almuerzo en un Tupperware. Bebo de la botella de agua y luego me la cuelgo en el hombro.

El Primero me besa apasionadamente, luego retrocedo y me levanto del suelo.

—No te demores — dice — Solo toma el aparato y regresa de inmediato. Deberías regresar con suficiente tiempo antes del atardecer.

Asiento, agitando con las alas la tierra y la arena áspera del desierto.

—No te preocupes. Regresaré antes de lo que crees.

Luego, queriendo enfrentarme a los miedos y seguir adelante, me despido una última vez y empiezo a volar.

Usar estas nuevas alas se siente completamente extraño... pero también completamente natural. Es como flexionar cualquier otro músculo. No tengo que decirles a los músculos de las piernas qué hacer cuando quiero correr. Lo mismo sucede al volar. Sé que quiero ir más alto, así que aleteo con más fuerza hasta que asciendo más.

mi bestia extraterrestre (extraterrestres darcy 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora