Capítulo 10: Lagrimas de sangre.

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Ayleen.

Alán no se equivocó cuando me dijo que viviría en carne propia el infierno en la tierra.

-¿Mami, porque papi ya no viene a casa?

Me removí incomoda en la silla al no saber que decirle a mi pequeña niña.

-¿Por qué papi no va a buscarme al colegio? ¿Por qué?

Antes de que pudiera responder la puerta de la casa se abrió dejandonos visualizar Alán.

-¡Papi...!

Maia sin dudarlo corrió a los brazos de su padre.

-Mi pequeña...

Alán se coloco a la altura de Maia y la abrazo con bastante fuerza.

-¿Me extrañaste?

-Si, papi. -Maia beso la mejilla de Alán. -Prometeme que no te volveras a ir.

Alán coloco sus ojos en mi, mientras sonreía freneticamente.

Algo él me dejó claro y es que Alán volvió para torturarme más de lo que ya lo estaba haciendo.

-No me volveré a ir, princesa. Papá esta de regreso.

Esas palabras causaron una gran revolución en mi.

-Maia, cariño. Ve a colocarte unos zapatos porque saldremos de paseo.

Como era de esperar Maia chillo de alegría y corrió hacía las escaleras.

-¡No corras...! -grite y no perdí de vista a Maia Hasta que estuvo en el piso de arriba.

-¿Te has divertido mucho en mi ausencia?

-¿Si, es que no ves lo feliz que estoy? -respondí con sarcasmo.

-Eso veo.

Alán me escaneo por completo antes de sonreír de forma macabra.

-Según informes no has retozado con tu amante. Te felicito, pero he de no bajar la guardia contigo.

Esto es el colmo.

-¿Me estas espiando?

-Si, porque eso es lo que se debe hacer con las mujeres infieles como tú.

Formé mis manos puños y me levante de la silla. Porque ya no podía contener la rabia que bullía por mi sangre.

-¡En que maldito idioma tengo que decirte que no te he sido infiel...!

-No tienes que decirlo en otro idioma porque en español entendí que tienes un amante.

-Si claro, tengo un amante -Alán me lanzo una mirada fulminante. -Y es tu maldita verga. Maldito estupido.

-Deja de mentir y de una vez por todas confiesa que me has sido infiel.

-Te voy decir una cosa Montero... -camine Hasta quedar frente Alán. -Tú has sido el único en mi vida, él único hombre que he dejado que traspasar mi feminidad, el único con el que he compartido cama.

-Esas son mentiras porque yo no recuerdo haberte tocado.

Claro que no lo recuerdas maldito estupido porque en las dos ocasiones que me has tocado estás mas borracho que los simples borrachos.

¡Genial Ayleen...! El hombre que amas no recuerda las buenas y explosivas cogidas que han tenido juntos, puntos para tí.

Lo voy a matar, busquen un arma para acabar con la vida de ese miserable. Diablita grito con todas ssu fuerzas mientras deambulaba de un lado a otro.

¡Me urge un heredero! [#3 de la saga Heredero]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora