¡¿QUÉ HICE PARA MERECER ESTO?! - "Estoy En Jujutsu Kaisen"

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Naobito Zenin observaba con frialdad cómo su única hija, Zenin Ammyt, era atendida por el médico del clan. El hombre, siempre imperturbable, no dejaba entrever ninguna emoción mientras sus ojos seguían los movimientos del médico con una intensidad que hacía temblar a cualquiera.

- "¿Por qué se desmayó?" - preguntó Naobito, su voz cortante y carente de sentimiento.

- "Estrés, Naobito-sama. Fue por estrés" - respondió el médico con respeto y cierto nerviosismo. "Si descansa lo suficiente, se recuperará pronto" - añadió.

- "Puedes retirarte" - ordenó Naobito, y el médico obedeció de inmediato, saliendo de la habitación de la Princesa del Clan.

- "Espero que te recuperes pronto, hija mía" - murmuró Naobito al salir de la habitación, una pizca de preocupación escondida en su voz.

- "¡Tú!" - una pobre sirvienta se sobresaltó cuando Naobito la señaló. "Cuando la Princesa despierte, me avisas" - ordenó antes de pasar de largo.

- "¡H-hai!" - respondió con temor la sirvienta, inclinando la cabeza.

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- "¡Aghgggh!" - Selena, ahora ocupando el cuerpo de Ammyt, soltó un grito de puro terror al despertar, bañada en sudor.

- "¡Lady Ammyt!" - exclamó la sirvienta al verla despierta. "Iré a buscar al Patriarca" - informó antes de salir corriendo del lugar.

- "¡N-no!" - gritó Selena, pero ya era tarde. La sirvienta había salido apresuradamente.

Selena, ahora consciente de los recuerdos de la verdadera Ammyt, se sumergió en una oleada de emociones abrumadoras. 《Todo esto tuviste que sufrir, Ammyt. No te preocupes, yo me haré cargo de tus hermanos》, prometió en silencio, sus lágrimas cayendo lentamente.

Ammyt había sufrido inmensamente. Con su madre fallecida durante el parto de su tercer hermano, Ammyt había tenido que asumir la responsabilidad de cuidar a sus hermanos pequeños, Hitori y Ryōsuke. Hitori, de 8 años, nunca pudo despertar su ritual maldita y era visto como una desgracia para el clan Zenin. Ammyt había rogado a su padre que lo trataran como a cualquier otro niño, prometiendo a cambio obedecer todas las órdenes de Naobito.

Naobito había aceptado, imponiendo un voto vinculante en el que solo él salía beneficiado. Si Naobito rompía el voto, moriría. Esa fue la condición de Ammyt, una condición que Naobito había cumplido, pues de lo contrario ya estaría muerto. Ryōsuke, de 3 años, todavía no había manifestado su ritual maldita, ya que esta suele aparecer entre los 4 y 6 años. Por eso, el clan aún no le había hecho nada a Ryōsuke.

Naobito permitía que Ammyt viera a sus hermanos solo los fines de semana, bajo la amenaza de castigo si los visitaba antes de esos días. Para el clan, Zenin Ammyt era simplemente una pieza valiosa, una herramienta con un poder maldito de curación llamado Hīringu, y una expansión de dominio llamada Kaifuku, que significaba recuperación.

Ammyt podía curar a todos menos a sí misma. Su padre la obligaba a ocultar sus ojos con un antifaz porque, al usar su poder, sus ojos brillaban como soles. Sin el antifaz, su curación se volvía más poderosa, pero también la debilitaba. Aunque había otra razón para ocultar sus ojos, una razón que solo Ammyt conocía.

Además, Ammyt era una experta en el manejo de la espada y poseía dos expansiones de dominio, de las cuales el clan solo conocía una. Ella escondía muchas cosas del clan, pues sabía que era mejor que no lo supieran.

- "Despertaste" - la fría voz de Naobito resonó en la habitación, sobresaltando a Selena. "Mañana podrás ver a tus hermanos antes de ir al Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Tokio."

- "G-gracias, padre" - respondió Selena, haciendo una pequeña reverencia.

- "Déjanos solos" - ordenó Naobito a la sirvienta, quien obedeció de inmediato. "Recuerda lo que tienes que hacer, ¿no, Ammyt?"

- "Sí, lo recuerdo muy bien, padre" - respondió Selena con firmeza. "Haré lo que pidió."

- "Más te vale" - exigió Naobito. "Y no dejes en ridículo al Clan Zenin" - agregó, su mirada penetrante. "Una cosa más: nunca te quites el antifaz ante nadie, solo si tu vida corre peligro. ¿Entendido?"

- "Sí, padre" - respondió Selena, sin titubear.

Naobito salió de la habitación, confiado en que su hija cumpliría sus órdenes.

- "¿Cómo voy a hacer que se enamore de mí?" - murmuró Selena, sintiendo el peso de la tarea encomendada por Naobito.

Naobito estaba loco si pensaba que un personaje tan formidable podría enamorarse de una Zenin o siquiera prestarle atención.

《Así que solo por eso te inscribió en la escuela de hechicería, Ammyt》

Selena se sentía desalentada, sin saber cómo cumplir con la orden de Naobito. Pero sabía que debía pensar en ello más tarde.

- "Te prometo que tus hermanos están en buenas manos, Ammyt" - susurró despacio Selena, decidida a cumplir con su promesa.

Selena nunca había tenido hermanos, siendo hija única. Siempre había deseado tener uno, pero su madre murió en un accidente de tráfico cuando ella tenía solo 5 años. Su padre, profundamente afectado, nunca volvió a casarse ni a mirar a otra mujer.

Fue su abuela quien la crió, ya que su padre se sumergió en el trabajo para no pensar en su amada. A Selena nunca le faltó nada, ya que su padre era un reconocido abogado con su propio bufete.

Aunque no siempre estaba presente, su padre asistía a las actividades del colegio, a sus clases de baile y canto, y a sus audiciones de piano. Siempre estaba ahí, orgulloso de ella. Le gustaba escucharla tocar el piano, recordándole a su madre, quien también tocaba. Selena había heredado su amor por la música, especialmente por el piano, aunque también sabía tocar el violín, un talento que había heredado de su padre, quien lo tocaba en su juventud.

Selena decidió aprovechar esta nueva vida con sus dos hermosos hermanos. Aunque tenía miedo del futuro, se armaría de valor y salvaría todas las vidas que pudiera.

《No te preocupes, Zenin Ammyt, yo cuidaré de tus hermanos con mi vida》, prometió Selena.

A partir de ese momento, Selena aceptó su nueva identidad como Zenin Ammyt, única hija de Zenin Naobito y Princesa del Clan Zenin.

...Continuara.